Joan Llopis Torres

Un buen consejo

He pensado irme a vivir a Nueva Zelanda, pero quizás sería un poco exagerado, también pedirle si no tiene una versión corta de todo lo que me cuenta, pero creo que sería de mala educación.

A ver si alguien que entienda me puede ayudar. No económicamente, pero yo se lo agradecería con buenos deseos, que ya se sabe que los pobres no tenemos bolsillos.

Resulta que he hecho un amigo de estos sin querer. Bueno, está muy bien, se ve que es buena persona. O puede que no se haya dado el caso o no encuentre el momento para explicarme ningún asesinato que haya cometido, ningún atraco con víctimas o nada de eso. Lo que si ha hecho es explicarme cada vez que nos encontramos que tiene tres hijos abogados en Madrid. Esto último lo remarca para que se vea que el asunto es serio e importante. Y para que yo vea que sí, ya me lo ha contado unas doce veces en las últimas dos semanas. Las carreras, los despachos, las bodas, los hijos de los hijos que, por supuesto, repite cada vez «son mis nietos». Cuando llega a este punto suele mirarme para comprobar que no me haya despistado. Al comprobar que no, continúa. Yo lo que hago para entretenerme es comprobar si hay alguna variación, pero no hay nunca ni el más mínimo cambio, todo lo explica en el mismo orden con las mismas comas y puntos y seguido. Todos con el mismo nombre que tenían la última vez, las mismas costumbres, los mismos detalles y «ese día que llovió cuando nos reunimos», «Te he contado que incluso vino mi hermano de la Argentina?». Aquí suele hacer otra comprobación de si sigo el hilo. Como yo ya estoy preparado, le digo «sí, hombre, tu hermano, el de la Argentina», y eso parece que lo tranquiliza. O puede que yo lo haga mal porque veo que le anima, pero como parece que lo tenemos que repetir todo exactamente, yo tampoco cambio nada desde aquel primer día, y que Dios me perdone, o si acaso, ya me lo cobrará junto con todo lo que le debo.

Mañana, cuando nos encontremos casualmente espero que me lo vuelva a explicar, no sea que se me olvide, hasta puede que lo eche de menos. La pregunta que me hago es si estaría justificado, ya que en un relato está bien que haya un asesinato, y dado que de su parte no consta ningún crimen, que fuera yo el que lo matara.

He pensado irme a vivir a Nueva Zelanda, pero quizás sería un poco exagerado, también pedirle si no tiene una versión corta de todo lo que me cuenta, pero creo que sería de mala educación. Cuando llego a este punto, vuelvo a pensar en el asesinato. Es por eso que pido si hay alguien que sepa cómo hacerlo de manera que mi amigo no sufra, sino yo sería un mal amigo, que ni se dé cuenta. Otra opción sería que yo os lo presentara y, como vosotros sois buena gente, que os lo pudiera contar a vosotros. Si no saliera bien, podríais pensar en iros a vivir a Nueva Zelanda, podríais planear un crimen o seguir los consejos que queráis darme

Bilatu