Isidoro Berdié Bueno
Profesor en Ciencias de la Educación, Doctor en Historia y Doctor en Filología Inglesa

Un vasco de acción y cosmopolita. Hamlet, «to be or not to be»... Las elecciones vascas. Pedagógico e interactivo

Sobre las elecciones generales, diremos que hay consenso en el colectivo vasco de Estocolmo de que son, a excepción de las primeras habidas en la Transición allá por el 1977, las qué más ilusión y ansiedad están generando entre la población.

En mis años jóvenes de trotamundos, por contactos con los militantes de la AIT (Internacional Sindicalista) llegué a Escandinavia. En Suecia, sede de la ya citada AIT, conocería a Iñaki, todo un personaje de acción extraído de la atmósfera de una novela barojiana, todo un vasco de Bilbo, qué llevaba algunos años viviendo en Estocolmo, llegó a principios de los años 70 del siglo pasado, buscando horizontes a su personalidad y más libertad, sin confundir con libertinaje, más democracia sin demarrar en demagogia, descubrir nuevas culturas y nuevas gentes. Con grandes dosis de esfuerzo y sobretodo de inteligencia montó una pequeña empresa de ornamentos para gente joven de bisutería. Por entonces en Suecia, lo que era la buena mesa, estaban en el Neanderthal de los tiempos, comían mucha comida basura (korv: salchicha hervida, y hamburguesa) el pan tenía sabor dulce, pues en vez de sal le echaban azúcar en cantidad, no conocían el buen pan ni la buena gastronomía, por lo que Iñaki, nuestro Iñaki, fue el primer embajador de la buena cocina vasca.

Asociado en el negocio de la bisutería, en primer lugar por que requería pequeña inversión de capital, con otros vascos y españoles, todos conocían bien la profesión, amén de que eran jóvenes y creativos, con muchas ganas de trabajar en lo que les gustaba, no les resultó nada difícil triunfar. La convivencia entre ellos genial, yo mismo no tuve obstáculo alguno en integrarme en el grupo, hospitalario y acogedor desde el primer momento. Como nota curiosa, los españoles siempre decían que eran españoles, los vascos siempre decían que eran vascos, entre ellos mucho respeto, optimismo y armonía. No me cabía duda alguna, mientras más los conocía tanto más me daba cuenta que estaba ante «winners», auténticos triunfadores. Me decía Iñaki:

«Soy y he vivido en el Pais Vasco, recuerdo con cariño y con nostalgia mi niñez, aquel Bilbo qué combinaba armónicamente la parte relajante y fresca de la huerta y la parte árida del hormigón y cemento de ciudad, él la denomina la ciudad de los mil y un olores, todos naturales, sin contaminación, la ría limpia, y las sardineras qué venían desde Santurce a Bilbao, como dice la canción, el xirimiri y el paisaje verde, promovido por el agua de la lluvia». Finalmente, recordaba a su madre, maestra de profesión y que ya en aquella época hablaba y escribía un perfecto euskara que supo trasmitir a sus hijos.

En cualquier caso, me decía, me he adaptado perfectamente a estas tierras y gentes nórdicas, se parecen en el carácter mucho a los vascos, me gusta su sol de media noche, sus auroras boreales, su clima frío, el orden y organización escandinava, ese aire frío de nieve que no da lugar a un ecosistema propicio para insectos y gusanos ni para los desmanes y desastres de corrupción que se aprecian y con los que conviven las gentes del sur de Europa. Yo pensaba lo mismo, parecía que nos hubiésemos conocido ya desde siempre. Desde entonces seguimos en contacto, en vez de perder la amistad la hemos reforzado. Con motivo del «procés», hace unos días me decía:

«Lejos de Euskal Herria y de España, no las he olvidado, soy consciente de sus defectos, gracias a los milagros de la tecnología, estoy perfectamente al día de todo lo que sucede en el Estado español, en consecuencia, no me pierdo un debate televisivo, y por internet consulto prensa española y prensa vasca, en concreto hogaño el diario GARA, este diario, qué hace años me comentaste qué escribías tu, Isidoro, cuando eras profesor de Zaragoza, y que me permite conocer tanto la actualidad vasca así como la internacional». Estas lineas a continuación las quiere compartir Iñaki con los lectores de este diario euskaldun, tratan acerca del juicio del procés y los sondeos iniciales de las próximas elecciones vascas, escuchémosle:

«Es 12 febrero de 2019, juicio del «procés», acabo de presenciar, vía TVE canal internacional un debate, que a mí me recuerda un partido de fútbol más de la liga española, a la derecha podría ir el Real Madrid y a la izquierda el Barcelona. No veo un juicio en el que se vaya a debatir sobre la Verdad, sino, más bien, quien se lleva la pasta. En el estadio, se juntan los directivos, comentaristas y otros vividores que se llevan una buena «mordida» de la pasta, también aparecen los espectadores que son quienes la ponen, y los intervinientes en el partido que son todos millonarios dando patadas a un cuero hinchado, ¿habrase visto tan magna idiotez? Las fuerzas están muy equilibradas, no habrá victoria por goleada, más bien quedara la cosa en tablas, con un interregno de paz débil, ficticia, que será utilizada para tomar mayor impulso y volverlo a intentar (Scheler). Tejer y destejer, como el velo de Penélope (Odisea), o las teorías del eterno retorno (Heráclito y Nietzsche).

Sobre las elecciones generales, diremos que hay desilusión y frustración generalizada, el electorado no se fía ya ni de su padre, hay consenso en el colectivo vasco de Estocolmo de que son, a excepción de las primeras habidas en la Transición allá por el 1977, las qué más ilusión y ansiedad están generando entre la población, por la necesidad de una regeneración social y democrática que termine con la corrupción, con las autonomías, y hallar una salida democrática para catalanes y vascos. Nada qué no se haga desde el consenso será una imposición del más fuerte o del más hábil, como sinónimo de argucia (Vid. Trasímaco de Calcedonia, S/V a.C.).

Hamlet, en su monólogo con la calavera en el cementerio, se movía en un círculo dilemático, «to be or not to be», en nuestro caso no se trata de... «Gürtel or EREs», no se trata de «Madrid or Andalucía», en nuestro caso el juego es a cuatro bandas: a Madrid y Andalucía, añadimos el marquesado de Galapagar, erecto sobre un parque natural y con escolta y vigilancia las 24 horas de la Guardia Civil, para ahuyentar a merodeadores, mendigos, buhoneros y emigrantes sin techo, y Cataluña, que como decíamos hace tiempo, apesta hasta la testa, así las cosas, Hamlet acusa sin piedad a los cuatro citados y la calavera no tiene palabras que justifiquen a esos delincuentes y opta por el silencio sepulcral, por no decir ni pío. Pero nosotros sí que tenemos mucho que decir, para comenzar los condenamos, y siguiendo en el lenguaje de la esgrima, decimos frente a ellos en guardia y a fondo. Los castigaremos con el voto, les botaremos y en su urna pondremos nuestro desprecio, distancia y frialdad.

Este es el momento de la izquierda abertzale para capitalizar el voto del descontento, de repetir la «epopeya» del profesor Antigüedad y Amaiur, su éxito radicó en que este colectivo, a diferencia de los otros coleópteros, era pedagógico e interactivo, abanderaba una independencia de los poderes públicos y de los económicos, era claro, veraz, rápido y honrado, buscando por encima de intereses de partido intereses generales de colectivo. Tenía además flexibilidad de base, como Antigüedad era un autentico demócrata estaba en contra de quienes eliminan la crítica, para luego campar a sus anchas y hacer lo que les venga en gana (como es el caso de la monarquía absoluta de Podemos, Iglesias Rey traspasa el cetro a su consorte la señora Montero, «toíto to» en un alarde de democracia plena).

Antigüedad sabia que sus planteamientos podían ser mejorados, por lo qué aceptó sin ambages proposiciones procedentes de sus bases y de otros colectivos e individualidades ajenas a sus medios, con lo que ampliaba de manera notoria y positiva su base social, y además con gesto humilde les da las gracias. Pero esto lo hizo Iñaki y el gran colectivo que le apoyó, porque no eran totalitarios ni pesebreros, estos últimos son rígidos e incapaces de cambiar de estado ni de postura. Como dice el psicólogo de este colectivo libertario, el totalitario tiene su origen en el psicópata, un enfermo que mata y hace el mal sin sentido alguno de culpabilidad, disfruta de la erótica del poder perjudicando a la Tierra y a la Biosfera, sufre carencia de todo sentimiento humanitario. Y hay que ponerlo en cuarentena, o mejor, en busca y captura.

Son muchos los indicadores qué nos manifiestan que estamos en un contexto de segunda transición, la situación social , económica, política y cultural, amen de una renovación biológica y generacional qué ha entrado en escena con retos nuevos, que no existían en 1975, y como decía el tribuno republicano Castelar: «Cada generación deja su propia impronta en la historia». Ah, y qué decir del nuevo inquilino que ha aparecido en nuestra historia, que viene para quedarse, procrear y trabajar, que es el emigrante que, dejando a un lado las mentiras del INE, la voz del Gobierno, nosotros calculamos supera el 17% de la población. Nosotros estamos por la evolución, no por la revolución, la evolución es como el xirimiri vasco, el agua fina que cae, esta penetra en la tierra y la fertiliza, en cambio la revolución es como una tromba de agua que cae, que no da tiempo a que pueda absorberla la tierra, se desborda, inunda campos de cultivo, casas y garajes, y arrastra a su paso piedras, árboles y lodo. No fertiliza y en cambio destruye.

Lenin, estadista soviético, decía que la revolución era la locomotora de la historia; la revolución francesa se hizo sobre la base de una guillotina y la invasión armada del Ejército francés de la revolución a todas las naciones de Europa, la revolución rusa se hace sobre la base de una guerra fratricida y sin cuartel de millones de muertos, y cabe preguntarse, ¿es posible que el simio bípedo del que nos habla el filósofo Nietzsche no sea capaz de entenderse sin mediar odio, violencia y sangre? La historia es una sucesión ininterrumpida de guerras y un constante reguero de sangre, decía el historiador y filósofo alemán Scheler. El ser humano, dice nuestro psicólogo del colectivo, tiene un sentido de profundo fracaso existencial y una mala conciencia de su forma de vivir; por otra parte, necesita definir su puesto en el Cosmos, y ahí radica la diferencia de los medios abertzales, que son pedagógicos e instructivos, tratan de dar respuestas a las preguntas del ser humano, tanto a las trascendentales como a las propias del quehacer o rutina de cada día, y también son interactivos, porque somos demócratas y no políticos falaces ni charlatanes de feria, no tenemos empacho en admitir que para muchas cosas no tenemos respuesta, por eso con mucho gusto pasamos la pregunta y el reto a nuestros lectores, y por qué no, también a nuestros detractores y a quienes nos critican. Y el movimiento se prueba andando: no todo que se lee en los libros o prensa hay que comulgar con ello, por ejemplo: Hemos hablado del puesto del ser humano en el Cosmos, hay respuestas plausibles como que la persona está para terminar la obra de Dios, cuidar de ella etc. Personalmente a mí ninguna me convence, pero no tengo respuesta mejor para dar, ¿la tiene el lector o el simpatizante de GARA? Iñaki, el vasco ubicado en Suecia, me decía: ¿Cómo se produce la encarnación del alma en el cuerpo si son entes procedentes de mundos diferentes, sin apenas nada o rotundamente nada en común? De entrada lo importante es que Iñaki nos hace una pregunta, se plantea algo (así nació la filosofía en Grecia), el por qué ya está explicado en otro artículo, el cómo se produce, trasladamos de nuevo la pregunta al lector.

Como colofón, aunque dejando abierto el tema electoral para próximos artículos previos y «post» elecciones, pues habrá que sacar conclusiones de los resultados que aparezcan en horizonte, pensamos en nuestro colectivo libertario, que analiza sin apasionamiento (pues somos apolíticos) el comportamiento del votante, móviles qué le han influido para decantarse por un partido o un icono cabeza de lista, parafernalia y despliegue de medios que el hecho de votar requiere y le rodea, y si tras las elecciones todo va a seguir igual, salvo para los que entren a meter mano al erario público y a vivir del presupuesto.

Amigos de la izquierda abertzale, renovarse o morir, decíamos ya en el siglo pasado. La subversión es un grito de protesta y destructiva, propia de cuando se está lejos del poder y este parece inalcanzable. No es ese vuestro caso. Aquella tuvo sentido en Mayo del 68, cuando desde la Universidad francesa, al igual que sucediera en la Revolución francesa, incendió a toda Europa, incluida España y Euskal Herria, pero si antaño tuvo sentido, hogaño ya no lo tiene, porqué en muchos puntos ondea la ikurriña, hay un Parlamento vasco y la izquierda abertzale ostenta poder en múltiples instituciones públicas, colectivos sociales de barrios y culturales. Es momento de fomentar una cultura de la Paz y de las buenas, elaborar un buen programa de gobierno serio y atractivo, qué obviamente deberá incluir ciertos postulados de lo compañeros del PNV, y este asumir ciertos postulados de la izquierda abertzale, decía el científico y filosofo alemán judío: Einstein, que hacer una y otra vez la misma cosa esperando obtener resultados diferentes es propio de gente más bien algo «espesa» y también necia, desconocedora de Aristóteles que dice que una misma causa produce siempre el mismo efecto.

Abertzales, es momento de que cese esa cruzada anticristiana y anticlerical decimonónica, en primer lugar por trasnochada, en segundo lugar porque se trata de un moribundo, qué no es necesario gastar munición alguna con él, digamos que esto por estrategia bélica, y tercero, qué personas como la madre Teresa de Calcuta, y el propio escritor ruso anarquista cristiano Tolstoi, movidos por esa mística cristiana hicieron grandes obras. Por ejemplo Tolstoi, menos conocido en el Estado español qué la madre Teresa, es el padre de la desobediencia civil y del cristianismo social, apóstol del pacifismo, nunca utilizar la fuerza y obedecer siempre a tu conciencia. Repartió todo su patrimonio a los «mujiks», a los campesinos que trabajaban para él, y el mismo Tolstoi se puso al servicio de esas familias, para enseñarles a leer , a escribir y conocimientos de la Biblia, incluso llega a trabajar de zapatero para ellos y ellas.

Como es un teórico anarquista, les habla de que la primera revolución que hay que hacer es la revolución interior, la de la propia conciencia y actuó como un predicador de lo que hemos llamado «cristianismo social», hecho tal que no fue bien visto por el «stablishment» ruso, y lo enfrentó a la monarquía zarista, a la iglesia ortodoxa, aliada con la nobleza boyarda, y con su propia familia, a la que desheredó. Abertzaleak, la cruz es algo más qué Gaztelumendi, quienes la dinamitaron eran auténticos miopes y además no sabían lo que hacían, su horizonte se reducía al espacio que se controla un palmo más allá de su nariz.

Pero ciertamente hay un borrón en la Historia, en que aparentemente la cruz no sale bien parada, son las Cruzadas. Pero hay que explicar que las organizan gentes con hábitos y apariencia de cristianos, que escondían en realidad a auténticos piratas y saqueadores de las riquezas de Oriente. Abertzaleak, negar la cruz sería negar la civilización y la propia cultura vasca, Fueros y Tradición. Porque «No hay que andar toda la vida con el cadáver de tu padre sobre la espalda ni tampoco olvidar qué un día te parió tu madre».

Finalmente, nadie vea a la Izquierda Abertzale resignada a ser una caracola en la desierta playa, ni una secta religiosa de las que como setas proliferan en el Tibet, que recita «mantras» religiosos monocordes sin cesar, ni cambiar el guión marcado, tampoco una organización clandestina ni másónica, frente a la catacumba nosotros proponemos luz y taquígrafos en todos nuestros actos, ateneos, mesas redondas y mucho debate pues, como decía Sócrates, del contraste de ideas brota la luz que junto con la Verdad son estandarte, lábaro, son nuestra Estrella Polar, la misma que antaño iluminaba y guiaba el mundo de la navegación, pensamos que hogaño debe iluminar y guiar al mundo de la política y de la noticia (Vid. izquierda abertzale y GARA). Animo y ánimo a quienes tengan curiosidad o afinidad y quieran conocernos o rebatirnos, ya desde ahora ambos y por igual sois bienvenidos a participar en nuestras asambleas, tanto sectoriales como generales, desde ya mismo, con todo respeto y cariño les llamamos amigos. Besarkada bat, lagunak!

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