Las relaciones internacionales siempre y en todo lugar han sido las más despiadadas que el género humano ha producido, y produce. A lo largo de la desdichada historia que se ha tenido que soportar y soportamos, siempre son relaciones de fuerza, y no de un intercambio de ramos de flores. Los discursos de las potencias hegemónicas son falaces por mucho que los medios de comunicación, como también sus portavoces que trabajan para ellos, cuya función es distorsionar lo que realmente buscan.

Lo que peor que se está haciendo es colocar a Trump, como un rompedor de la diplomacia de su país con el resto del mundo. Lo que adopta es utilizar un lenguaje para que la mayoría de sus votantes lo entiendan. La potencia atlántica, durante el siglo XX, ha tenido que intervenir en Europa, no para evangelizarnos, sino para defender sus intereses. Europa siempre se ha peleado entre sus diferentes partes. Precisamente los vascos y los catalanes, lo deberíamos de tener en cuenta, ya que la maravillosa Europa, siempre nos ha hundido en todo lo que podido y sigue en ello. Europa jamás estará unida, ya que es un crisol de intereses contrapuestos, por mucho que ciertos grupos económicos lo pretendan.

USA, quiere seguir siendo potencia hegemónica y lo que le interesa es demostrarlo por la vía económica que en los últimos años lo había dejado en un segundo plano. Su rival no es Europa, ya que ella sola se convierte en un teatro desvencijado y sin futuro. Toda la mirada se centra en la única potencia que le puede hacer sombra, que es China. No hay que dejarse engañar, la hegemonía mundial se consigue por medio de la cultura, y de la ideología. En cuanto a la primera, Europa, está a la merced de la potencia Atlántica, y en la ideológica hay una fuerte resistencia que se observa en la urdimbre europea. La guerra actual en Europa, lo que le interesa a USA, es incidir en el eslabón que provoca enfrentamientos entre las diferentes potencias, ya que las miradas no serán las mismas entre Francia, Alemania, y Gran Bretaña, con sus correspondientes aliados.

Con la caída del comunismo europeo, se pensó que el liberalismo había conseguido su sueño dorado, que el comercio salvaría las tentaciones de los respectivos enfrentamientos de intereses, entre las diferentes naciones, un sueño de los analfabetos de la historia de la humanidad. Siempre se olvida que Rusia, es un crisol cultural inmenso, ya que bebe sus fuentes entre Asia y Europa, y que en un espacio corto de tiempo, fue invadida por el mequetrefe de Napoleón, y por la Alemania nazi, en fin, Francia y Alemania, muchas lecciones no pueden dar, su capacidad de resistencia de Rusia es inmensa, ya que su cultura se la creen una parte importante de su población. Los ilusos que pensaban que los irían troceando para dejarlos en migajas una vez más se han equivocado. La política exterior de la potencia hegemónica, de forma global hasta el momento, siempre ha acertado a pesar de tropiezos que han sabido arreglar. Han llegado a un punto que necesitan demostrar que siguen siendo imprescindibles para llegar a consensos que les favorezcan.

Europa se plegará porque es incapaz de enfrentarse a la cultura, e ideología americana, porque la población se comporta de la misma forma en un desfase de una generación, de forma mimética respecto a la otra orilla Atlántica.


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