Kepa Larrea Muxika
Profesor de la UPV-EHU y autor de ‘Biba Mina’ y ‘Mina edo Libertatea’

Xavier Mina proscrito

Los liberales españoles se doblegaron al rey Fernando de Borbón y prefirieron ser vasallos de un tirano que ciudadanos libres de una república. Mina, en cambio, no lo aceptó.

Han pasado 200 años desde que le fusilaran al joven navarro Xavier Mina, 200 años sin que haya casi recibido ningún reconocimiento ni en el País Vasco ni en España. Solamente los ayuntamientos de Noain y Pamplona le han recordado con el nombre de una calle y una plaza. ¿Qué hizo –o que no hizo– este hijo de Navarra para que le olvidaran?

Xavier Mina es clave para comprender los movimientos revolucionarios europeos y libertadores de América de principios del XIX. Amigo de Lord Byron y de Simon Bolívar, nació en Otano (Navarra) el mismo año en que los franceses aprobaron la ‘Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano’, cuyos principios le guiaron el resto de su vida.

Con 20 años luchó contra el ejército más poderoso de Europa. Fue preso, herido y condenado a muerte por Napoleón. Más tarde intentó liberar Pamplona enfrentándose al gobierno de los Borbones, monarca del imperio más grande de la época. Finalmente organizó una expedición internacional, en la que también participaron otros navarros, para ayudar a los insurgentes mexicanos en su lucha por la emancipación. Las tropas coloniales españolas le fusilaron cuando solamente tenía 28 años y era general de la ‘División Ausiliar de la República Mexicana’.

En resumen, Xavier Mina, comandante de las guerrillas navarras, general del ejército libertador mexicano, proscrito en España y héroe en México y Navarra, siempre luchó contra la tiranía y a favor de la libertad, la república y la independencia.

Los liberales españoles se doblegaron al rey Fernando de Borbón y prefirieron ser vasallos de un tirano que ciudadanos libres de una república. Mina, en cambio, no lo aceptó. Esas son las razones por las que han intentado silenciar a Xavier Mina durante 200 años. No lo han conseguido. En Mexico fue inmediatamente reconocido como libertador, y en el País Vasco el Comité de Otano, la Fundación Orreaga y la Asociación Xavier Mina le recuerdan todos los años. La última vez, el 9 de noviembre.

Pero tal vez sea mejor que Mina siga olvidado por las instituciones públicas, tal y como ha estado hasta ahora. Pues una vez que tenga un reconocimiento institucional, temo que creen una imagen falsa de Mina, temo que enmascaren su lucha, temo que construyan un Mina adulterado. En cambio, mientras Mina siga siendo un proscrito para las instituciones, siempre será un rayo de esperanza, siempre será un modelo para todos los que amen la libertad.

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