Txus Pérez Artuch

«Y cada vez menos gambeta»

¿Hace cuánto tiempo que el football es una trola? Perdí la cuenta al mismo tiempo que se me esfumó la ilusión por la afición al club de mi ciudad.

Si enciende hoy la radio, abre un periódico o cada vez que entra en cualquier buscador de Internet, ¿cuál sería, sino la más, una de las palabras más repetidas? Catar, Qatar o Mundial de Qatar. ¡Equilicuá!

Pues bien, en las próximas tres semanas largas más las dos anteriores que llevamos, el país asiático es el runrún incesante que vamos a soportar, además de polémicas sociales, políticas, de derechos humanos, de petrodólares incontables etcétera, etcétera. Por supuesto, si Lionel Andrés o Cristiano rascan bola, también nos lo harán saber.

Pienso que aquí, más bien allí, el balompié es simplemente el divertimento telonero. Ya lo decía Calamaro cuando en su país cada vez había «menos gambeta». Y nos hablarán de las temperaturas extremas, de las reivindicaciones por el velo, de las lesiones de última hora, de lo frustrado que está el seleccionador de Italia por no jugar el torneo o el gran papel de la escuadra costarricense. Buf, ¡qué chicharrina!

Vamos al quilombo, al jogo bonito. ¿Hace cuánto tiempo que el football es una trola? Perdí la cuenta al mismo tiempo que se me esfumó la ilusión por la afición al club de mi ciudad. Tongos de partidos, sueldos millonarios, tener que ganar por 11 goles de diferencia y acabar 12-1 (¡gol de Señoooooooor!), «soy Maradona contra Inglaterra anotándote dos goles…», Shakira, modelos, tenores interpretando himnos…

Pues eso, que ahora el foco está ahí, en el turbante y la exuberancia catarí. No profundizo porque va mucho más allá de tertulias radiofónicas. La incoherencia y la hipocresía muchas veces caminan de la mano siempre y cuando miren al lado correcto, es decir, al otro lado. ¿Recordamos Argentina 78, España 82 (elegida en el año 1966), Brasil 2014 y las purgas en las favelas o Rusia 2018 cuando todo era camaradería? No cuela que ahora todo sea una enorme crítica, son atisbos de boicot. Sobre todo, porque ahí siguen eternos imperios de dudosa moralidad, entre muchos otros, en forma de refresco de cola, alcohol, móviles y empresas varias.

Bueno, os dejo, que pasan el Uganda-Bolivia. De Afganistan, África en general o la pérdida de derechos laborales/económicos/políticos que se desvanecen bajo nuestra alfombra, parlamos otro día.

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