Jose Alberto Salazar Laguardia

¿Zuia sin PNV?

Esta política fagocitadora no es nueva y, en esta ocasión, parece extenderse a toda la cuadrilla de Gorbeialdea, una cuadrilla que parece alejarse paulatinamente de las manos de este partido acostumbrado a la sombra del poder, extremadamente dependiente del poder. Sirva de ejemplo la lista electoral presentada al municipio de Aramaio.

Hace 8 años las y los vecinos de Zuia dieron con sus votos el Gobierno del Ayuntamiento a un grupo de personas con escasa experiencia municipal, pero con energía, ilusión e inteligencia política suficientes para gestionar un proyecto de futuro para su pueblo. Tras una primera legislatura complicada por una crisis económica y política galopante la candidatura de EH Bildu consiguió revalidar el gobierno municipal hasta el día de hoy.

En estos años EH Bildu en Zuia ha gobernado una institución pequeña pero que representa una sociedad compleja, con necesidades sociales diversas y retos importantes de futuro. Ha sido imprescindible conseguir acuerdos con el resto de grupos del ayuntamiento para llevar adelante algunos proyectos, lo que ha supuesto mucho trabajo, con alto grado de compromiso e implicación, mucho esfuerzo y mucho empeño del equipo de gobierno en contra del resto de grupos municipales y de otras instituciones.

Aún así, se ha conseguido avanzar y mejorar la vida de los y las vecinas que era y es el objetivo. Se ha conseguido que se esté, por fin, proyectando el nuevo centro escolar y el nuevo ambulatorio. Están a punto de culminarse las bases para importantes proyectos como la nueva casa de cultura y viviendas públicas de alquiler social. Se ha sido puntero en políticas de transición energética, se ha gestionado la institución con rigor económico y con cercanía, participación popular y compromiso.

Y en este panorama ha llegado la nueva convocatoria de elecciones y con ella la sorpresa de que en la próxima legislatura el PNV no se presenta como tal en Zuia.

Es una frase muy repetida que la política hace extraños compañeros de viajes; pero, seguramente, esa extrañeza es solo aparente porque, si hay algo que de verdad une, son los «intereses», muy por encima de algunas ideologías.

Y si algún partido político es especialista en hacer valer los intereses que defiende, ese, sin duda, es el PNV que jamás deja pasar la mínima oportunidad de conseguir una parcela de poder, una administración que gobernar, una empresa que gestionar.

Ese pragmatismo político, tan aplaudido desde los distintos gobiernos del reino de España, tan aplaudido que se ha convertido en tópico, ha creado toda una red de influencias en la comunidad autónoma vasca y una forma de «estar» en las distintas instituciones, como si fueran su patrimonio exclusivo. Tan es así que cuando alguna se les resiste, la máquina del cálculo político entra en acción y, con a saber qué ofertas y negociaciones, se intenta por todos los medios que esa institución vuelva al redil.

Para las próximas elecciones, la candidatura del PNV en Zuia se presenta con la marca Zuia Bai fagocitando una candidatura independiente que, hasta ahora, tenía la voluntad de representar a las juntas administrativas, al margen y por encima de la política de partidos… Sería interesante conocer cuáles han sido las razones de los miembros de la desaparecida candidatura independiente para integrarse en esta nueva marca y para renunciar, de manera poco clara, a su inmaculado apartidismo. Acaso sea el personalismo o la perspectiva de gestionar y culminar unos proyectos ya encauzados… Las personas en política nunca son imprescindibles, aunque a veces sea difícil de asumir. Son, sin duda, los proyectos que mejoran nuestro pueblo los que deben perdurar y es importante que nadie quiera patrimonializarlos, ni personal ni colectivamente.

Pero, sobre todo, sería un ejercicio de transparencia inusual, pero, sin duda, democrático, que el PNV explicara a los y las vecinas de Zuia la razón de este cambio, lo que une a dos fuerzas políticas que han estado a la gresca en numerosas ocasiones. Todo induce a pensar que ha sido la calculadora electoral la que ha dejado patente que, sin esta maniobra, resultaría imposible recuperar su ayuntamiento, todo induce a pensar que los sondeos realizados no han dado los resultados esperados, todo induce a pensar que es el ansia de poder la razón última de esta jugada.

No obstante, esta política fagocitadora no es nueva y, en esta ocasión, parece extenderse a toda la cuadrilla de Gorbeialdea, una cuadrilla que parece alejarse paulatinamente de las manos de este partido acostumbrado a la sombra del poder, extremadamente dependiente del poder. Sirva de ejemplo la lista electoral presentada al municipio de Aramaio.

Seguramente, este tipo de juego político por intereses, más que por proyectos, es lo que aburre y aleja a los y las ciudadanas de las instituciones, pero me atrevería a aconsejar a las mujeres y hombres del equipo de EH Bildu de Zuia que continúen adelante con sus proyectos, que sigan trabajando como hasta ahora, de forma abierta y participativa, con el resto de grupos municipales, de asociaciones y grupos de Zuia, que sigan mirando y escuchando a sus vecinos y vecinas, con la única intención de mejorar su vida y por hacerles más felices y que dejen los «intereses» para quien los tengan...

¡Ánimo y a trabajar!

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