Al pesar de haber sido a lo largo de la historia el más duramente represaliado y perseguido por exigir justicia social, el gen inconformista y rebelde aún resiste a pesar de la situación marginal que tiene ante los más privilegiados, sumisos y serviles de la sociedad.

La mentalidad de siervo, de esclavo... es la de pensar entre otras cosas, que «su señor» con sus limosnas o su caridad es como tiene que pagar a la sociedad, y no pagando impuestos proporcionales como el resto de la gente. Le parece bien que se evadan capitales a paraísos fiscales y que no pague sus impuestos porque sin «él no seríamos nada» (anda que «él» sin «nosotros»).

Por eso a algunos y algunas que votan a formaciones que tanto perjudican a la mayoría de la sociedad, no hay que tenérselo mucho en cuenta «porque no saben lo que hacen» ya que están incompletos y carecen, por la gran manipulación a la que están sometidos, de ese sentimiento de empatía, solidaridad y justicia social con los más desfavorecidos.