Txus Pérez Artuch

A la deriva

Decepción, rabia, asco, retroceso, ¿asombro, incredulidad, sorpresa? No tanta. Una más.

Nueve años de condena por abusos sexuales para el militar Alfonso Jesús Cabezuelo, el guardia civil Antonio Manuel Guerrero y sus tres amigos y compañeros de farras, Jesús Escudero, Ángel Boza y José Ángel Prenda, conocidos como la manada, desde su noche de jolgorio (según el juez Ricardo González) en los Sanfermines de 2016.

Conjunto de ciertos animales de una misma especie que andan reunidos es como define el diccionario de la RAE dicha palabra. Rebaño y jauría como sinónimos.

Sin pretender ni querer entrar en tecnicismos o artículos legislativos o judiciales, los cuales desconozco, considerar el hecho de que cinco chicos casi treintañeros agarren por las muñecas a una joven de dieciocho, la introduzcan en un portal a las 2:30 de la madrugada y le realicen repetidamente variados abusos sexuales, uno detrás de otro guardando turno, le quiten su teléfono móvil y graben estas secuencias para jactarse en las redes sociales… todo esto designarlo abuso (hacer objeto de trato deshonesto a una persona de menor experiencia, fuerza o poder. RAE) y no violación (tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad o cuando se halla privado de sentido o discernimiento. RAE) me parece verdaderamente helador.

No considero el Estado español un ejemplo a seguir en cuestiones de justicia. Absolutamente no. Muchas sombras le cobijan, inmensas alfombras tapan y disimulan fangos pestilentes, una balanza en permanente desequilibrio según el peso de la persona que calientael banquillo.

¿Le preguntamos a la víctima? ¿Para qué? Ella continúa con su vida (dijo el detective privado de la defensa).

La estatua que representa la justicia en la base del edificio del Ayuntamiento de Iruñea, telón de fondo de tantas imágenes sanfermineras, no posee la venda que representa la imparcialidad, permanece a ojos descubiertos. ¿Triste presagio?

Bandazos, desconfianza… a la deriva.

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