Juan José Angulo de la Calle | Doctor en Filosofía

¡Abolir la prostitución! Me responden hacerla pública

Mi postura frente a la prostitución es exigir su abolición. Es una forma de esclavitud: las mujeres y hombres que se prostituyen, en general, están en condiciones de vida marginales y de maltrato. Es básicamente Trata de Blancas o ahora llamado Trata de Personas, pero es lo mismo: el resultado de engaños, captación, violación, amenazas, malos tratos y régimen del miedo. En los casos en los que se dé con menos intensidad, las prostitutas tienen que cosificarse (los «clientes» realmente se masturban dentro de ellas como si fueran recipientes) y están con «clientes» que les ven como seres despreciables y creen que por pagar pueden tratarlas como les dé la gana (por poder, pueden hacer uso de vejaciones, insultos, humillaciones y, en bastantes casos, brutalidad o fuerza bruta en la penetración).

Un amigo mío transgénero y ya mayor, que no pudo encontrar pareja de joven por el franquismo y ahora no la haya por la edad, me responde que debería ser parte del servicio social público. Me dice que, siendo público, no habría riesgo de proxenetismo, y las prostitutas y prostitutos podrían hacerlo por vocación (por querer ayudar a las personas que no pueden conseguir sexualidad). Me argumenta que la sexualidad es una necesidad básica, sin ella la calidad de vida se deteriora mucho, y que lo mismo que se cubre con ayudas sociales alimentación, vivienda y sanidad, también se debería cubrir esta necesidad fisiológica.

Me parece un punto de vista para reflexionar, pero es utópico. Lo real es que la prostitución es esclavitud y debe abolirse.

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