Maria Olga Santisteban Otegui | Zalla

Amistades que «abrigan»

Hace unos días leía yo la columna de opinión con la que un conocido y exitoso escritor nos «ofrece» en un suplemento de prensa dominical sus reflexiones y «cuitas» en un tono siempre (diría yo) directo y hasta «mordaz». El artículo en cuestión hacia referencia, y de una manera simbólica, a cierta prenda de vestir que el escritor parecía apreciar mucho y lo que significa el poder adquirirla o encontrarla (tarea que parecía harto difícil).

Pero hete aquí (algo debió de surgir) que presentando alguno de sus libros un «venerable» lector suyo, le ofreció una bolsa muy cuidada, en cuyo interior reposaba la prenda que el tanto deseaba y anhelaba. Esto que le ofrezco es algo muy valioso para mi, le explicó el lector, pero sé igualmente que lo es para ud. y por eso quiero que lo acepte.

El gesto sin duda conmovió a nuestro escritor, que luego relataba en su columna que todavía quedan amistades, amigos que «abrigan». Todo esto nos puede hacer pensar, que todavía queda por este mundo nuestro estos «pequeños» gestos que podemos dar, sin quizás esperar nada más, solo por el mero hecho de creer que hacemos algo bien, por queremos (aunque a veces nos cueste pensar que no habrá reciprocidad). Quedémonos entonces con la satisfacción, con amistades que «abrigan».

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