«Ahora tenemos que creer que los rusos –serán los reservistas– están buscando en Google el modo de romperse un brazo para eludir ir al frente. A principios del siglo pasado, el XX, las madres españolas mutilaban a sus retoños cortándoles los dedos índice y gordo para no poder disparar el máuser en Cuba y ser declarados inútiles. A la guerra de Marruecos bastaba con pagar –los hijos de papá– una cuota que los hijos de los obreros no podían para librarse de ir al matadero. Fue una de las causas de la Semana Trágica catalana».

Como tantos otros cientos habituales a lo largo de estos últimos años, ese mensaje lo recibí personalmente de nuestro «Baraka», Jon Odriozola, menos de 24 horas antes de su muerte. Tan lúcido él hasta el final de su vida como coherente con su visión de clase que impregnaba todos sus escritos y comentarios periodísticos. Aupa Baraka!