Hoy ha ocurrido delante de mi casa, pero me es fácil pensar que a diario se estarán dando situaciones parecidas y por similares razones.

Junto al contenedor de basura, alguien había dejado un pequeño electrodoméstico, supongo que a sabiendas de que otro alguien lo cogería para venderlo como chatarra. No le he dado ninguna importancia, es algo habitual en nuestras calles ver a mujeres y hombres rebuscar en la basura para seleccionar alguno de nuestros desechos y reciclarlo como chatarra o en la reventa de algún infrarrastrillo.

Este relato no tendría razón de ser si sólo se tratase de describir algo tan cotidiano como lo anterior, en una sociedad como la nuestra. Pero me he tropezado con una vecina que ha presenciado la segunda parte de esta historia. Dos chavales estaban ante la policía porque se habían peleado y causado lesiones. La razón de la pelea era porque los dos forcejeaban por conseguir el aparato que yo había visto tirado a la basura.

Esto es lo ocurrido, dos personas disputándose nuestros los desperdicios.

¿Quién está abocado a vivir estos sucesos? ¿En qué situación te tienes que ver para recurrir a semejante forma de supervivencia? Precisamente quienes se saben desamparados social y jurídicamente pero con una dignidad que les impide pedir limosna. Me indigna pensar que alguien pueda juzgar a estos chavales como malhechores.

Estoy segura que chavales como esos, con una disposición a trabajar, a aprender, a esforzarse por conseguir alguno de nuestros derechos de ciudadanía, no darían lugar a situaciones de marginalidad como a las que les estamos abocando, a pocas oportunidades que se les diesen.

Cuántos dramas habrá detrás de estas situaciones que juzgamos por la imagen final (una pelea), sin pararse a pensar que sólo la dureza de lo vivido les da fuerzas para mantener su expectativa de que algún día se les considere ciudadanos y ciudadanas en nuestra sociedad.

Y cuánto pierde esta sociedad prescindiendo de personas que, con su bagaje, experiencia y proximidad, nos harían mejores y, sobre todo, más justas.