Los contribuyentes teníamos armas para defendernos. La Hacienda Foral nos enviaba por carta una liquidación provisional del IRPF para su comprobación y podíamos adquirir un impreso modelo 100 y rellenarlo con los datos que nos enviaban empresas y bancos para confeccionar nuestra declaración, todo esto desapareció y ahora los datos los envían directamente a la Hacienda Foral, no a los contribuyentes. Los contribuyentes podíamos presentar la declaración presencialmente sin cita previa, o confeccionarla en nuestra entidad bancaria, pero aprovechando la covid-19, la Hacienda Foral cancelo el convenio con los bancos, que ya no hacen las declaraciones, e impuso la presentación de la declaración en su sede electrónica y, aunque la sentencia n.º 72/2022 del TSJPV declaro la nulidad parcial de la normativa foral, esta sigue obligando a presentar la declaración en su sede electrónica, y se exige cita previa, sin base legal alguna, para ser atendidos presencialmente. Hasta el año pasado se podía acceder libremente al programa simulador de renta para calcular el resultado del ejercicio, pero este año ya solo es accesible en la sede electrónica, como el borrador de la declaración.

¿Se han dado cuenta los contribuyentes que cuantas menos armas tenemos, más recauda la Hacienda Foral?


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