Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

Búnkeres

El objetivo principal cuando escribo es que se aprenda en cabeza ajena. Leo en GARA que se están recuperando unos búnkeres por el Pirineo navarro, construidos por el franquismo, en previsión de una posible invasión. La primera imagen que me llega es la de Albania, cuando la visité en plena época de Enver Hoxha, en el que todo el territorio estaba plagado de fortificaciones absurdas, que nos dieron grandes explicaciones de la maldad de los otros y de su inmensa bondad, por esto se tenían que proteger. Lo que sucedió es que todo el cemento que se utilizó para construir semejantes esperpentos inútiles, y no se disponía de más para construir las casas. De todas formas pensando lo que hacíamos era recorrer una ruta turística, para insuflarnos unos valores abominables. Con la llegada del capitalismo rampante todas estas construcciones se han trasformado en bares, discotecas, por lo tanto, se sigue con la ruta turística. La línea Maginot, o sea la del ridículo mayúsculo, también sirvió como línea turística de los nazis. Como se puede observar el ser humano no aprende, siempre piensa que tiene ideas maravillosas y sobre todo novedosas. Ya he escrito unas cuantas veces respecto a las fortificaciones del Carmel, en Barcelona, una inutilidad más de la guerra que nos impuso unos pocos Generales africanistas, en el Principat. Es un entorno con unas vistas de la ciudad, y las mentes pensantes del momento colocaron unas ametralladoras para derribar los aviones italianos que bombardeaban el centro de la urbe. El resultado fue que no lograron ni por lo menos conseguir un blanco, éxito absoluto. El triunfo ha llegado hace poco. El sistema que se utilizó fue hace años engañando a jóvenes historiadores, con la misma cantinela del franquismo, de la historia con memoria, o sin memoria, hicieron el trabajo gratis, y en el momento que salían en los noticiarios estos pobres jóvenes pensaban en que hacían algo extraordinario, para el presente y el futuro. Un servidor me saltaron todas las alarmas, ya que vi la jugada de inmediato. Convertir esta absurda fortificación en ruta turística. Pasaron unos pocos años, y ahora, es una auténtica pesadilla para los que habitaban en una zona que era tranquila que nadie visitaba, en un horror que tienen que aguantar estas hordas de turistas de todos lados, con música a todo trapo, que no les dejan dormir que defecan y otras maravillosas acciones de humanoides que la juerga es su único objetivo de vida. Colapsan los autobuses que necesitan los vecinos, y la recalificación de todo el entorno con la consiguiente expulsión de los que lo habitan que son de clase trabajadora, está al caer. En fin, a veces es mejor la desmemoria. Espero que vean la misma jugada en el Pirineo Navarro, que se convertirá simple y llanamente en una invasión de turistas para disfrute de la industria con mayor maldad que pueda existir.

Atentamente.


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