Los partidos políticos en su actual funcionamiento son el refugio de la involución política, social, y ética. No es necesario puntualizar sobre las declaraciones, movimientos corporales, muestra de titulares de diarios, estadísticas tramposas, carotas ridículas, juramentos estrambóticos, que no renuncian al sueldo, es en toda su desnudez, un acto hipócrita, ridículo, que en definitiva nos encadena a la institución por medio de granujas, que el resto de los mortales, que encima mantenemos a costa de nuestra calidad de vida, y salud psíquica. Estos partidos, que tienen la indecencia de mencionar lo que es ético y lo que no lo es, los propagandistas de los valores universales, que supongo que no son los financieros, no tienen empacho para facilitar por acción o por omisión, la delación de forma anónima, para destruir su objetivo que no es otro que dinamitar el espíritu crítico, y adocenarse hacia los uniformes salvadores de su estatus, que quieren perpetuarse, hasta el último microsegundo del fin de la historia. Si, propician un buzón estercolero, para depositar cartas anónimas llenas de su propia miseria intelectual, humanos que son incapaces de razonar nada, ya que su herramienta, es el insulto y la violencia, porque cara a cara, saben que son incapaces de llevar a práctica cualquier mínima dialéctica hegeliana. Vuelven los tiempos de las dictaduras más aberrantes, de la miseria moral y ética, que avergüenza a los no humanos, y en palabras de Cioran, ¿perdonaré alguna vez a la tierra el hecho de encontrarme en ella únicamente como un intruso?