Carta a Iñigo Errejón, parlamentario de Podemos
Estimado Iñigo:
Los que firmamos esta carta somos argentinos y miembros del Colectivo «A Casa/Etxera». Quedamos muy conmovidos al enterarnos de la intervención que realizaste en el parlamento español ante la llegada del presidente argentino Mauricio Macri a la península. No podemos más que estar de acuerdo con tus críticas respecto de las políticas neoliberales impulsadas por la actual administración argentina, que ha traído en un plazo breve a nuestro pueblo, desocupación, represión, precarización de la salud pública, la educación y la investigación científico técnica, la violación de la Constitución y de las leyes, en fin, una serie de calamidades que brillantemente resumiste y que ejemplificaste en la detención de la dirigente social Milagro Sala, cuya libertad exigen numerosas instituciones y personalidades de todo el mundo.
Celebramos esa admirable solidaridad que te impulsa a percibir como propios los sufrimientos e injusticias que afligen a los hermanos trabajadores de cualquier lugar del mundo.
Es por eso que ahora recurrimos a esa misma sensibilidad que has exhibido para con los argentinos víctimas de las políticas explotadoras y represivas puestas en práctica por el capitalismo globalizado, para solicitarte que impulses desde tu lugar en la legislatura, la solidaridad hacia los presos políticos vascos víctimas de la represión desencadenada de manera vengativa por el Estado español.
Nuestro Colectivo viene luchando desde hace años por los derechos inalienables de esos prisioneros, constituidos en rehenes por el sádico ensañamiento de los funcionarios peninsulares. Casi todos los presos y presas vascos han sido torturados en el momento de su detención y durante largos años de encarcelamiento. Numerosos de ellos se hallan gravemente enfermos desde hace años y deberían haber sido liberados según la propia normativa vigente. La sistemática violación de sus derechos carece de justificación y sólo se explica por el odio de clase de quienes se aprovechan tiranizando al pueblo vasco.
Te pedimos que, con la misma generosidad con la que interviniste al cuestionar la indeseable visita de Macri, intercedas ante el parlamento al que perteneces para que los prisioneros y prisioneras vascos enfermos sean liberados, conforme estipula la propia legislación del Estado español, y cese la dispersión del resto de los mismos. La indignante detención de Milagros Sala no es la única injusticia que se comete en las cárceles de Iberoamérica.
Te enviamos un cálido abrazo.