Natxo Benavente

Catalunya-Supremo

Como demócrata bilbaino, sigo enganchado al actual partido Catalunya-Supremo. Recuerdo grandes goleadas del Barcelona al Real Madrid, como las de 1994 y 2010, en que ganó en su casa por 5 a 0, o cuando en Madrid, en 2009 le ganó 2-6 y en 2015 0-4, o ayer 0-3. Hoy en 2019, la goleada puede, debería, ser de escándalo.

A 28 de febrero, con una gran dirección del equipo de abogados, deportiva y respetuosa, han marcado por los catalanes, Oriol Junqueras (gol magistral) y todo el resto del equipo goles importantes (Turull, Forcadell, los dos Jordis, Ada, Rull, Romeva...). Sólo el gran Rufián, con su ímpetu, al estilo de Arturo Vidal, se ha podido ganar una tarjeta amarilla.

En el equipo contrario veo una defensa muy endeble dirigida por la Fiscalía, Abogacía del Estado y abogados de Vox. Los jugadores (Mariano Soraya...), muy espesos, no han sido capaces de aclarar nada. Están como fuera del partido, sin ánimo de competir.

Me enorgullece la actitud de mi lehendakari, Iñigo Urkullu, con una demostración de honestidad típica vasca: Clara, transparente, solidaria... Eskerrik asko, lehendakari. El árbitro principal, mantiene hasta el momento una actitud pulcra, respetuosa, objetiva e imparcial, que es digna de elogio. Ojalá que el resto del equipo mantenga la misma actitud y, sobre todo, que al final sean justos.

Por ahora el partido está siendo limpio y creo que concluyente. Ya veremos como acaba y cuál es el resultado. Me gustaría que no tenga que actuar el VAR europeo, revisando las jugadas.

A la espera de que cuanto antes el equipo catalán pueda reunirse libremente con sus familias y amigos, os mando un fuerte abrazo desde Bilbao.

Bilatu