A pocas horas de la importante jornada electoral de mañana, en la cual es mucho lo que nos jugamos, toca ejercer una profunda y seria reflexión.

Es evidente el hastío y desinterés en la política en la sociedad, sobre todo en la juventud. La precariedad laboral, con mayoría de contratos basura, acompañado de pobreza infantil y el peligro de la seguridad de las pensiones de nuestros mayores, hacen que para mucha gente, el plan para mañana no sea el acudir a la llamada a las urnas. Aun y todo, es de pensar que lo que mañana se pueda dilucidar será clave para el devenir de nuestro pueblo Euskal Herria y para el resto de pueblos del Estado. El auge de la ultraderecha, rescatando viejos tópicos y despertando fantasmas del pasado, hacen más que necesaria nuestra implicación en poder frenar tal retroceso democrático.

Muy importante es también el papel de las mujeres, donde a mi parecer, tendrían que acudir en masa mañana, para plasmar claramente su repulsa y denuncia a todas esas propuestas anacrónicas y machistas que se plantean imponer. Las libertades y derechos adquiridos en estos años, tanto para la mujer, como para los homosexuales, el autogobierno para diferentes naciones dentro del Estado... no pueden verse en peligro tras la llegada de este nuevo fascismo camuflado.

Todo es mejorable y es palpable el fracaso en parte de la llamada Transición, pero para eso estan los diferentes partidos políticos que luchan por mejorar y que poco a poco, se pueda materializar la mejora social y política de las distintas identidades nacionales. Yo mañana ire a votar, claro que sí, para contribuir a esa ilusión que tantos tenemos de un futuro mejor, con la esperanza de alcanzar un respeto mutuo y una convivencia pacífica.

Esa convivencia que quisieron romper en Errenteria, donde se lleva trabajando duro desde hace tiempo. Ya vemos cual es su estilo, el de la provocación y el del insulto, no hay más que ver lo acontecido en el último gran debate televisivo. Al no tener propuestas reales para la ciudadanía, solamente les queda recurrir al «y tú más» o a las mayores bajezas morales y golpes bajos, metiéndose con gente que ha aportado lo mejor de sí en favor de la paz y la reconciliación. Con esas «malas praxis», lo único que reflejan es nerviosismo e inquietud, la que no tenemos que mostrar las gentes de bien.Me viene a la memoria una canción, "If you tolerate this, then your children will be next", pues bien, no dejemos que por nuestra dejadez, paguen nuestros descendientes el recorte de libertades y la vuelta de lo más rancio de nuestra historia.

Por lo tanto, solo me queda animaros a todos y a todas a esta histórica cita por la libertad, nunca el tiempo es perdido, como decía el gran Manolo García.