Iulen Lizaso

CO2, calentamiento y…

Sus artículos me producen doble motivación, por lo que me supone de pedagógico y reafirmación, pero del último discrepo cuando asegura: «El cambio climático provocado por el hombre ya está aquí y no se puede negar… Sólo un cambio radical podría evitarlo e incluso sería difícil porque las emisiones son ya tan elevadas que la reversibilidad es imposible… Si no somos capaces de dar un giro completo a la situación, desapareceremos». Daniel Reboredo, por discreción no cito fuente ni autor, de lo que para mí es lectura íntima de los pasos evolutivos del Ser-Planeta y sus mundos.

Hoy, la proporción de GEI (gas de efecto invernadero) en el total de la atmósfera es insignificante, siendo entre ellos el vapor de agua el de mayor porcentaje (95%). Del total de gases que componen la atmósfera la proporción de CO2 es 0,054% y hoy en día, ni la mitad de esta nimiedad corresponde a la acción humana (efecto antrópico).

Paleoclimatólogos, físicos polares… antes galardonados y hoy «silenciados», aseguran que el responsable del calentamiento no es el CO2. El calor lo determina el Sol interno de la Tierra por fusión atómica de su núcleo en unidad andrógina con el núcleo del Sol que vemos fuera, y según consta en los registros históricos, su elevación es proporcional a la actividad solar (manchas solares) e inversamente proporcional a las concentraciones de CO2.

Si derivase del CO2 generado en procesos industriales y transporte motorizado, las subidas se darían a la vez, y la de la temperatura lo hizo a partir de 1.940, anterior a la gran actividad industrial tras el final de la 2º guerra mundial.

El exceso de CO2 en la atmósfera, es consecuencia de técnicas de combustión, pero al Planeta le duele el hecho que lo genera: la destrucción masiva del oxígeno creado por su reino vegetal, no para mantener esa combustión, sino para sustento de nuestro cuerpo orgánico. Le duele aún más, la destrucción de la Información respirable que la Madre Tierra ha puesto en sus átomos para sustento de nuestro cuerpo vital y evolucionar a la par. Le duelen las prácticas extractivas que destruyen su Memoria fósil. De más en más, este Sol, por tierra, mar y aire, nos muestra su “enfado”… por tanto dolor.

En su vertiente político-económica, los grandes perjudicados tras las aparatosas y estériles cumbres climáticas, son los países emergentes a quienes encorsetarán su desarrollo y quienes teniendo carbón, gas y petróleo en abundancia para cocinar, ver y calentarse con electricidad, aún dependen del fuego y la escasa leña a costa de destruir sus pulmones y los de sus niños, con la única alternativa de eólicas, fotovoltaicas y baterías, que les impide salir del «bucólico» campesinado y romántico pastoreo.

Lo más trágico… quizás «cómico» es, que la nueva visión «científica» del neoliberalismo desarrollista, coincide con la de los anticapitalistas ecologistas… Como en tiempos de Margaret Thatcher… ¡vaya chollo!

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