Manu Ballesteros

Comérmelo con patatas

Sin acritud, pero la sensación desagradable, por injusta, que se produce cuando un padre que abandona a sus hijos e hijas, pasado los años regresa como si no hubiera pasado nada y se le acepta estupendamente, incluso más que a la madre que siempre ha estado ahí... es la misma que siento cuando la autodenominada izquierda patriótica vasca «absorbe» votos sociales de los que más, y siempre, los han estado defendiendo, cuando «los otros» estaban a otra cosa, pero bueno, estando como estamos en una sociedad tan tradicionalista con su lema encubierto de «Fútbol, Patria, Dios» y sabiendo lo que pasa, podía haber sido peor.

Bilatu