Txus Pérez Artuch

¿Cómo valoras tu tiempo?

Con las fechas navidades llamando a la puerta y el insaciable consumismo desgarrando la costura de nuestros bolsillos, las marcas afilan su capacidad de llegar a la clientela para que dejemos parte de nuestra guita en su producto.

Por supuesto no voy a hacer ningún tipo de publicidad ni apología de la compra sin control, pero si quiero resaltar la reflexión a la que me ha llevado un anuncio que apenas he visto hace un par de días y el cual me ha hecho frenar y plantearme mis relaciones con mi entorno más próximo y querido, así como el uso que hago de los aparatos tecnológicos.

¿Cuántos de ustedes están leyendo estas líneas en el móvil o en la tablet? ¿Cuántos trámites realizamos a diario por el ordenador, desde donde por cierto estoy escribiendo estas líneas? ¿En cuántos segundos recibirá un WhatsApp todavía más interesante que el que ha leído hace medio minuto? Enganche a series, televisión sin despegar la mirada, los dedos tecleando chiribitas a destajo: Me gusta, Ok, agur yogur, emoticono sonrisa o mono, o zurullo de perro, TQ, luego te veo, llego tarde…

Con el 2018 casi finiquitado, seguimos autoafirmándonos la necesidad de una adicción creada para con las tecnologías que actúan de puente, en lo tantas veces escuchado, con las personas que tenemos más lejos y de obstáculo/barrera con las que tenemos a nuestro lado y respiran nuestro mismo aire.

El producto anunciado en el video comentado al inicio, para mí, es absolutamente lo de menos; de hecho, suelo finalizarlo antes de que aparezca en pantalla, puesto que el mensaje ya me ha calado por completo.

No les quiero destripar mucho más el contenido del mismo y les invito a verlo desde una postura abierta y reflexiva sobre cómo es su vida respecto a lo que en él se nos plantea. Les dejo el enlace por si se animan: https://www.youtube.com/watch?v=MiXwBNiFM58

Me he permitido mostrarlo en la escuela donde trabajo y las respuestas del alumnado han sido realmente reveladoras viniendo de una generación a la que percibimos como digital y la cual es parte del presente y nuestro más inmediato futuro.

No digitalicemos el mirar a los ojos, comunicar, sentir, palpar, llorar riendo o reír por no llorar, mientras disimulamos en un tiempo que disfrazamos de eterno.

Buen trabajo de marketing.

Bilatu