Javier Orcajada del Castillo

Crisis de los submarinos y sus consecuencias

Esto de la diplomacia tiene mucho de cinismo, pues Macron se enfada con Biden porque le ha anulado un contrato de 55.000 millones de dólares que le había otorgado Australia. Era el contrato del siglo, por eso le president protesta, pues sacaba de la crisis al sector naval francés. Ahora se activan las gestiones para recuperar la confianza mutua. Por si no se entiende el lenguaje críptico diplomático, el problema se solucionaría si el contrato retorna a Francia, algo muy improbable, pues son intereses económicos contradictorios muy importantes. Australia incumple el contrato presionada por Biden porque quiere que los submarinos sean atómicos, pues los del contrato nacen obsoletos. Es la clave y olvidarse de «recuperar la confianza mutua». De poco van a valer las gestiones diplomáticas. pues «business are business». Macron reacciona como era de esperar: reclama el contrato, pero Biden ofrece diplomacia. La geoestrategia militar está cambiando pues la OTAN se desmorona si se tiene en cuenta el fin de su gesta en Afganistan. Los yankis quieren aislar a China con una muralla militar contando con La India, Pakistan, Australia y Corea del Sur. La pasión imperialista de las potencias mundiales no parece tener solución más que cuando pierden la hegemonía y se convierten en gallos con el espolón atrofiado, aunque el afán de mantener el status no lo pierden jamás y les lleva a arrastrándose hasta el ridículo. Gran Bretaña es el paradigma actual de imperio al que la soberbia le ha llevado a abandonar la UE y va a tener que ser rescatada por sus antiguos socios. La imagen del español en el que «no se ponía el sol» es tan doloroso como cómico, pues anda errante entre tribunales internacionales que le revocan sus sentencias y es el perrito faldero de Alemania, Francia. Es el camino que está tomando EEUU que están perdiendo todas las batallas y ahora toda su dignidad huyendo de Afganistán.

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