Silvia González Solozabal

Cuba duele

Cuba duele. Duele mucho. Duelen los 60 años de embargo si, pero también duele y  mucho la complicidad y el silencio de una izquierda que no reconoce la represión y el control absoluto a un pueblo empobrecido por sus gobernantes.

Me duele leer el GARA y ver la parcialidad. Me duele porque se supone que como gente de izquierdas y abertzales debemos estar del lado del reprimido nunca del opresor. Siempre al lado del pueblo. No de unos gobernantes corruptos que llevan 62 años en el poder. Cuba quiere ser libre. Ser soberana. Pero siempre han estado bajo algún yugo. Primero de los españoles, luego de los americanos, de los soviéticos, y presos también de sus gobernantes. Unos militares nonagenarios  (aquí que somos tan antimilitaristas)  que ya no representan a las nuevas  generaciones.  En Cuba no hay libertad de expresión. No hay elecciones libres. No hay derecho a la huelga ni sindicatos. El control de la gente es como el de la Stasi. (¡Y aquí enseguida protestamos (y con razón) por unas cámaras de vigilancia en la calle!)

¿Con qué catadura moral les podemos exigir que resistan? ¿Hasta cuándo?. En un país que no produce nada y cuyas tierras bastarían para abastecer de vegetales y viandas a la población… ¿por qué la gente pasa hambre? ¿Eso también es culpa del bloqueo? ¿Cuándo en los hoteles para turistas hay de todo?

Duele que se caiga un mito también. Descubrir que la utopía se esfumó hace tiempo. Que el país que idealizábamos no existe. Pero duele más ver que desde aquí se defienden cosas de allí  por las cuales aquí nos rasgaríamos las vestiduras. Vamos a abrir los ojos de una vez. Sé que no es fácil. Pero es la realidad de millones de cubanos. Qué fácil desde aquí decirles que aguanten. Desde nuestra posición privilegiada. Con nuestras neveras llenas y conectados con nuestros móviles de última generación.
 
Gora Cuba Askatuta!!!

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