Iñaki San Sebastián

De Ermua a Otxandio

Un año mas, y van quince, se ha vuelto a recordar la espeluznante muerte  de Miguel Ángel Blanco. Un crimen inolvidable que permanece en la memoria de todos, habiendo sido contundentemente condenado, no solo por el Pueblo Español, sino también por el Pueblo Vasco. Me parece muy bien y me sumo de corazón al inimaginable dolor de familiares y amigos. Lo que no me parece tan bien es la carga de intencionalidad política en acontecimientos como este y la desmemoria española en relación con otros terroríficos crímenes acontecidos unos sesenta años antes. Por ejemplo, el bombardeo de Otxandio, el 22 de Julio de 1936.
 
Pues bien, el próximo 22 de Julio/2012, con motivo de las Fiestas de Santa Marina,  este sufrido y a la vez alegre pueblo, unido a cuantos quieran acompañarle, volverá a homenajear a las víctimas de tan execrable crimen Los datos, confusos y poco aireados en su día debido a la presión de los criminales,  son también espeluznantes: mas de sesenta fallecidos, cuarenta y cuatro civiles (23 menores de 15 años, 7 menores de 5 años y uno de meses),   militares y milicianos el resto. Estos civiles tienen, por supuesto, nombres y apellidos e incluso familiares que llevan 76 años recordándoles y sufriendo en silencio su pérdida. La muerte de Miguel Ángel fue un drama, pero tan drama o mas fue la muerte de 44 inocentes en la plaza de Andikona, víctimas colaterales de un bombardeo indiscriminado, aplaudido por la cúpula militar franquista. No solo no soltaron una lágrima,  sino que prohibieron todo homenaje público a las víctimas y condecoraron a un tal Ángel Salas Larrazabal, al parecer piloto del avión asesino.
 
Creo que debemos mirar al futuro y trabajar por la reconciliación y la convivencia pacífica. Ahora bien, parece que algunos españoles no piensan lo mismo. Son los que, intencionadamente, continúan mirando al pasado e intentan sacar réditos políticos y económicos de tan funestos recuerdos. ¿Cómo evitar, en Euskal Herria, la sensación de estar ante interesada propaganda anti-abertzale?. ¿Cómo no ver vengativas lágrimas de cocodrilo en quienes pretenden seguir viviendo del cuento indefinidamente?. En fin, si se ha de llevar el debate político por semejantes derroteros, habrá que pensar en hacer algo para contrarrestar semejante ofensiva. En Otxandio, por ejemplo, se podrían multiplicar los homenajes personalizando un poquito mas. En esta línea me voy a permitir una sugerencia al Ayuntamiento:  el tercer domingo de cada mes, de Agosto a Junio,  recordar a cuatro de los fallecidos de la lista detallada en la Memoria “Gerra Zibila Otxandion”, haciendo mención expresa de cada uno de ellos. El 22 de Julio se reservaría, como hasta ahora, para el homenaje general. Todo eso y mas se merecen las victimas de este magnífico pueblo. No puedo evitarlo. Cada vez que sale el tema del concejal de Ermua, a mi me asalta la imagen de los cadáveres esparcidos por la plaza de Andikona, en Otxandio.

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