Contando con que la reforma se inició con la muerte de Franco, aunque algunos y no sin razón, la datan en 1966, con la Ley de reforma política de Franco. Para mí no tiene importancia tal inicio, pues Franco murió con todo bien atado.

No olvidemos que todos estamos de acuerdo en llamarla REFORMA, transición española, «democracia a la española». Y cuando se habla de reforma, admitimos que se reforma algo ya existente, pues otra cosa sería algo nuevo, la ruptura. Y aquí hablamos de la reforma franquista y no de la de la república.

Al Rey lo nombró Franco, y aquel presidente a Suarez (franquista también), quien modificó la Ley Fundamental del Movimiento, en 1977, aprobada por las Cortes Generales, franquistas, con la sola intención de aparentar una democracia y, así poder entrar en la OTAN y en la UE.

Suarez no tuvo problemas con la oposición (PSOE y PCE), pero tuvo que reunirse con la cúpula militar franquista, donde fueron los militares quienes pusieron las líneas rojas a no traspasar, líneas como: no construir un Gobierno Constituyente Provisional, la monarquía parlamentaria, la soberanía e indisolubilidad de España y no ser perseguidos por los crímenes cometidos.

Y realizaron las primeras elecciones libres.

Al año siguiente, acordaron una Constitución, 6 de diciembre de 1978, y se aprobó la nueva mayoría de edad (18 años), quince días antes del Referéndum.

El embrollo comienza en ese Referéndum y Constitución, llamada todavía la del consenso y aprobada por el 90% de los españoles. Todo mentiras y medias verdades. En el famoso Referéndum sólo participó el 58% del censo. En diciembre de 1978, el censo era de 15.041.817, (los mayores de 54 años de hoy en día). Votaron 8.724.253, de los cuales votaron que sí 7.677.253, es decir, el 51% del censo. ¿Dónde está el 90%? ¡Vaya consenso y apoyo popular!

Pues bien, hoy nos encontramos con bastante más de la mitad de la Cámara de las Cortes que quieren bien reformar o incluso cambiar la actual Constitución. El PSOE, (Estado Federal), y el resto, quitando al PP y C´s, con el «derecho a decidir». Es decir, de los 350 Diputados, 297 a favor de reformar o cambiarla, lo demás es no querer ver la realidad.

Tras la muerte de Franco, izquierda abertzale decía, «40 urte ta gero, hau?»

Hoy son los españoles quienes se hacen esa pregunta.