Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

De perlas a corruptos

Todavía es posible asombrarse con los comentarios merluzos de la progresía más refinada, que le encanta viajar con estas compañías que organizan movilidades para realizar viajes idiotas, gracias a las subvenciones que reciben de los Estados, por medio de los impuestos, que roban de las inversiones necesarias. Qatar ha sido el desencadenante de la estupidez en la que vivimos. Se puede empezar por este político minúsculo y ridículo, como es Macron, el pacifista que ha tenido que salir corriendo de África, ya que ha costado tanto el dispendio de la inutilidad de la política imperial, que ya no la pueden pagar. Su gran aportación al espectáculo de las patadas y cabezazos, ha sido esta tesis científica, que es muy mala idea politizar el deporte. Genial. Qatar, un Estado rico, para muy pocos. Ha pasado de pescadores de perlas, a pescadores de corruptos. La cantera de esta mafia es inmensa. Lo ha tenido muy fácil y seguirá en esta deriva, ya que el deporte cuando se transforma en profesional, irremediablemente, se inicia la putrefacción. El futbol femenino va a pasos agigantados hacia la deriva de sus colegas con más poder adquisitivo. Las Olimpiadas, es el compendio, de los negocios de esta turba aristocrática, que sus empresas se enriquecen gracias al frenesí de las obras que se requiere para estos bochornosos espectáculos para enfermos repletos de fármacos legales, y otros no tanto. Escuchar algunos comentadores profesionales, que se indignan de un Estado que vulnera los derechos más elementales. En cambio, no exponen que los que hacen posible estos eventos alcohólicos, puteros, excepto en Qatar, parte de su sueldo viene de los patrocinadores, que son los que ponen el dinero, a los gladiadores, y a los equipos. Esta indignación traicionera, que digan que dejan el trabajo, ya que no están dispuestos que les paguen semejantes empresas de su soldada. En cambio, exigen que lo hagan los que reciben las patadas. Que salga alguno a la palestra y que sea capaz de renunciar a su sueldo porque parte de él, o en su totalidad, les llega de estas empresas mundiales.  En fin, podrían utilizar su tiempo para pensar, en vez de comentar idioteces a mansalva. En cambio, veo a Qatar, con gran amor, ya que es el campeón de la contaminación planetaria, que nos lleva directamente a una nueva civilización, con una menor densidad de vida, y los que queden podrán disfrutar del silencio tibetano de antaño, no el de ahora. Donde prima el individuo, siempre gana la hipocresía y la mezquindad. El problema no estriba en la sede donde se realizan estos acontecimientos capitalistas. El problema no es otro que nuestra sociedad está totalizada por el espectáculo, que incluye la política, la cultura, y la sociedad idiotizada.

Atentamente.

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