Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

Declaraciones

Los análisis históricos requieren un reposo en el tiempo y un contraste de las fuentes para interaccionar los datos. Apartarse del bullicio periodístico, de los gabinetes de prensa de las instituciones, de los partidos políticos, como también de las organizaciones que viven de la subvención pública, es una tarea titánica, disentir de ellos requiere sentirse como un bicho raro, pensar es siempre dudar. La creación de la policía autonómica en el Principat, apuesta política del President Pujol, que tuvo una unanimidad dentro de toda la amalgama del soberanismo, sólo una residual minoría cuestionaba el gran dispendio de construir toda una estructura policial empezando de cero. Se necesitaron mandos de otros cuerpos policiales, que se apuntaron sólo por el hecho de que los sueldos eran más elevados, como también es lícito pensar, para poder controlar los posibles desmanes patrióticos. Existía un argumento que el conocimiento histórico lo abalaba. En toda colonia las policías autóctonas difícilmente protegían a los que la querían liberar de la metrópoli. Las declaraciones de los mandos policiales en el juicio de la mínima democracia, han hecho unos comentarios que desde la vertiente política y democrática son inaceptables y es el reflejo del fracaso de todo el proyecto policial. El comentario por los máximos responsables policiales sobre los políticos tachándolos de irresponsabilidad, muestra que el sentir de la voluntad popular del Parlament, les incomoda. Cuando se les nombraron para el cargo, aceptaron, lo que los políticos consideraron conveniente. Si algo no se puede discutir es que el 1 de octubre, no llegó sin avisos previos, lo que pudo ocurrir entre otros motivos, es que los profesionales de la violencia, pensaban que la ciudadanía motivada se iba a quedar en casa, por el miedo escénico que podían producir los uniformados forasteros, enviados desde la metrópoli. También, por si ganaban los de casa, nunca se sabe, el oportunismo forma parte de la esencia de muchos humanos. En los momentos clave es cuando sale lo peor y lo mejor de los humanos. El fracaso estrepitoso del proyecto, realizado por el pujolismo autonomista, es con todo el pesar evidente. En el momento que el máximo responsable del cuerpo policial tacha a los que lo han elegido de irresponsables, es una bofetada a la democracia y a los votantes que abalaban el referéndum, que hay que recordar que también son los que ponen el dinero de su sueldo. David Runciman, académico de la Universidad de Cambridge, en su obra, Así termina la democracia, reflexiona: «La pregunta adecuada para el siglo XXI es la de cuánto podemos persistir con unos elementos institucionales en los que nos hemos acostumbrado a confiar sin darnos cuenta de que ya han dejado de funcionar».

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