Enric Vivanco Fontquerni

Declaraciones coloniales

Es tal el despropósito respecto los políticos que integran este partido que se titula ER, que regala 50.000 euros para colgar carteles en contra de sus propios colegas recordando la enfermedad neurodegenerativa del hermano, del que sigue en política. Es de tal bajeza ética, ellos que siempre presumen que no tienen ningún caso de corrupción, cosa que no es verdad, porque la primera condición de la corrupción es disponer de cargos en el cual no se está capacitado, con una gestión que hacen, y han hecho de delito permanente, por su inutilidad perpetua. Son unos gestores nefastos, y peligrosos. Destruyen todo lo que se había conseguido con innumerables esfuerzos. La bondad tiene estos retos y resultados. Unas declaraciones del Rufián Romero, en las que se podrían escoger infinitas, ya que siempre demuestra su nula capacidad cultural y el poder realizar análisis con un mínimo de rigor. No se le ocurre otra cosa que soltar conforme a uno de los problemas de mayor enjundia para muchos ciudadanos europeos, respecto a la llegada de personas procedentes de otros Estados, que los que critican la inmigración, deben fijarse en la selección Estatal de fútbol, que sin los dos mejores jugadores que son de familias que proceden de otros entornos, no podrían ganar ni Andorra. Que lo diga un político que en teoría es de un partido independentista, debería saber que es mucho más importante la propia cultura, ya que Andorra, puede parlamentar en su idioma el catalán, en la ONU, que nosotros con esta caterva de indocumentados cada vez más ni en el propio Principat, lo podemos ejercer. De todas formas, a un independentista qué demonios le interesa semejante selección, cuando impiden tener la propia. Estos son los políticos independentistas de un partido en descomposición. También hay otra derivada que siempre se olvida, ya que la mente colonial impera en el liberalismo capitalista más conspicuo. Estos jugadores deberían defender los colores de sus países de procedencia, ya que lo que hace Occidente, es robar talento como en la mejor época imperial. Rumanía, que era hace pocos años un exportador de mano de obra, ahora resulta que tiene que importar mano de obra de Asia, ya que vive en un momento de crecimiento económico. Es todo un esperpento este cambalache de mano de obra de un lado, para otro, para seguir alimentando un sistema económico que lo único que propicia es la explotación de una parte importante de los trabajadores con el consiguiente robo de talento. Ya que según parece los únicos que tienen derecho a ello, son los países colonialistas de siempre.

Atentamente.

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