Paco Gamboa

Desde la Andalucía colonizada

Puede que, desde Euskadi, la imagen que transmitimos desde Andalucía sea la de un pueblo ignorante, atrasado y domesticado. Y no les faltará razón. Salvo que esta visión es una distorsión fabricada e interesada. Me explico:

Comencemos por el lenguaje que es, casi siempre, la más sincera de las expresiones de un pueblo. Por ejemplo la palabra «gandul». Según la Real Academia de la Lengua (española) gandul es un tunante o un holgazán. Pero en árabe andalusí significa milicia antigua de los moros de Granada, también rebelde, insurrecto, sedicioso, etc.

Con esta dicotomía del lenguaje llevamos los andaluces más de cinco siglos, desde que se nos prohibió hablar en árabe o en lengua «aljamiada». Y lo que guarda el lenguaje es la representación simbólica de una historia distorsionada y manipulada desde el poder.

La conquista y destrucción del estado andalusí, tras la conquista de Granada por los reyes católicos, inicia una etapa oscura y perversa contra la identidad andalusí. Poco importa que fueses un andalusí cristiano (mozárabe), musulmán o judío o que, posteriormente, aceptaras la conversión al catolicismo, pues lo importante era que dejaras de pensar, sentir y hablar como andalusí. Y para lograr ese fin el estado se doto de una herramienta infalible: el Tribunal de la Santa Inquisición. Todavía hoy, en que la Inquisición es un fantasma del pasado, se refleja ese espíritu inquisitorial, cuando el obispado de Córdoba inscribiera como propiedad de la Iglesia la Mezquita de Córdoba. Y no les ha bastado adquirir esa propiedad, por sólo 35 euros, sino que está tratando de distorsionar la misma naturaleza histórica y cultural de la misma.

Incluso el Estado democrático actual es incapaz de corregir esa visión sectaria, puesto que se ha reconocido el derecho a poseer la nacionalidad española a los descendientes expulsados de los judíos sefardíes, pero no a los descendientes de los moriscos. Y eso que esos moriscos fueron forzados a la conversión a la fe católica.

Espero que con estas breves palabras haya aportado algo de luz en la necesaria mirada sobre lo andaluz desde Euskadi.

Bilatu