Gerardo Hernández Zorroza

¡Despierta conductor!

Emilio Carrillo utiliza habitualmente la metáfora del «coche» y el «conductor», donde el «coche» es nuestro cuerpo físico, mental y emocional, ese con el que nos desenvolvemos en la vida, mientras el «conductor» es nuestra verdadera esencia, con capacidad de dirigir nuestro «coche» conscientemente en orden a la evolución no solo nuestra, sino también de nuestra especie y de este maravilloso planeta llamado Tierra.

La educación que recibimos se centra en nuestra identificación con el «coche» y, si no adquirimos consciencia del «conductor» que somos, que se vale del vehículo material, mental y emocional, para evolucionar como seres individuales, además de como grupo, si no salimos de la ignorancia y el bloqueo de lo que verdaderamente somos: mal, muy mal vamos.
Nuestra prioridad absoluta es despertar en nosotros al «conductor», esa autoridad que existe en cada uno de nosotros y no reconoce ni se deja seducir las mezquinas élites y sus falsos sistemas de control de procesos y «coche», vistos como seres animalizados.

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