Gerardo Hernández Zorroza

El «arte» del desencuentro

La política está degenerando, peligrosamente, en el arte del desencuentro.

Sucede que, los modelos sociales de aprendizaje han sido absolutamente prostituidos, empezando por las televisiones, con sus teleseries violentas y telebasura, y terminando por lo más sutil, los líderes «espirituales» de todo pelo, que han bastardeado la enseñanza que difundieron Buda, Cristo o Mahoma, los ejemplos más comunes. Todo, absolutamente todo, nuestro mundo simbólico está manipulado, prostituido.

Se nos exige, por tanto, una labor de limpieza mental y volver al individuo, ese que aprende de sí mismo y de sus fallos (en eso coincidieron todos los profetas), volver a la enseñanza original (José Luis Parise la enseña metodizada), que como el Kibalion hermético del que bebieron los maestros, dice: «lo mismo que es dentro es fuera», lo que manifestamos fuera, debemos cambiarlo primero dentro. Volver a honrar esa enseñanza, con la «palabra» como eje central generador de vida o de caos, es lo primero y más básico. Fundamental.

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