Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

El éxito del panóptico

Una vez más se siembra alpiste para que la mirada quede circunscrita al picoteo del cereal. El panóptico ya tiene unas cuantas centurias, para saber que su éxito consiste cuando no hay ningún vigilante y los reclusos están convencidos que los observan. La computación es una ciencia invasiva para ser espiado siempre y en todo lugar. Las almas cándidas que ahora señalan que hay que regular las aplicaciones que fisgonean, son los mismos que se pasan el día y la noche incrustados con todo tipo de artefactos digitales, que fotografían cualquier insignificancia inútil, que la enseñan, y  que provoca la hilaridad de los idiotas. Las aplicaciones las utilizan todo tipo de faunas desde que existen en el mercado, para saber si tu mujer hace sexo con otra, o que tus hijos atracan a entidades financieras. El anuncio respecto a que estos circuitos digitales, vayan a destruir la democracia, es del todo cómico semejante argumento, lo idean, los que piensan que todos vivimos en la inopia. El espionaje está en función de la inexistencia de un sistema político justo y sobretodo creíble para la población. Como esto no aparece por ningún lado, todos se espían a todos. Empresas, particulares, instituciones, gobiernos, monarquías, repúblicas, y demás sistemas que su única función es neutralizar las ansias de libertad y de justicia de todos los humanos, y no humanos. Gracias a esta tecnología, la privacidad no existe. Lo único que lo puede compensar es disponer de una población formada en política con las ideas claras y saber cuáles son las prioridades en cada contexto histórico. Algo tan sencillo como es esto. Mientras el informe Pisa, esté en marcha este objetivo jamás se conseguirá. De momento las prioridades actuales son de lo más simple: ¿dispondremos de energía suficiente este otoño e invierno? ¿Estamos preparados para encarar una nueva pandemia e incluso con la misma? ¿El sistema sanitario se primará para que sus trabajadores puedan ejercer de forma digna sus conocimientos? ¿Se priorizará evitar el derroche inútil de energía y de movilidad? ¿Se desarrollará una política para que termine la guerra en Europa? ¿Se favorecerá el transporte que necesita menos energía? ¿El sector terciario dejará de ser la rémora de los progresistas que jamás consiguen nada? Hay muchas más prioridades. El espionaje es la nada que intenta idiotizar a la población, como hacen los tartufos independentistas, para que los bribones se sigan espiando.

Atentamente.

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