Aitor Irulegi Eizaguirre

El retorno del mito

Es razonable pensar, que siempre es conveniente para el que imponga el orden, hacer que la rebeldía como agente de cambio, deje de incendiar las almas.

El movimiento, cuando está acostumbrado a la inacción, es siempre molesto. De ahí la preferencia por la quietud del acomodado. Para los que se encuentran apostados, forzados a mantenerse en un frágil equilibrio, les es del todo necesario un cambio de posición que modifique la imposibilidad de su estar. Ese chispazo que provoca la acción del cambio, es el antecesor de la llama.

Solo existe una manera de desarticular el incendio y es construyendo una explicación en la que todas las respuestas sean dadas de una sola vez. La metafísica debe ser por tanto sustituida de nuevo por el mito. ¿Cómo implementar esta rotundidad en la era de la post-descomposición de lo sagrado? Creando una revisión de lo eterno, pero cambiando de escenario para no repetirse. La memoria, aunque muy cercenada, puede evitar incurrir en la contradicción: lo que ya no es, no puede volver a ser hasta que por lo menos, esta imposibilidad no haya sido olvidada.

La tradición de la oración prometía al practicante la vida eterna en una dimensión desconocida, tan estimulante como cada cual pudiera imaginar. Superada esta idea, probablemente por razones mercantiles, se hace necesaria una actualización de los sistemas de inhibición. Pudiera estar dotándose de evidencia a la falsa ilusión de la infinita elongación de la vida (comprendiendo esta como una cuestión únicamente temporal). Fijándonos en ese parámetro, los logros son evidentes y como tales, pareciera quedar justificado dotar de absoluta razón a los medios que han hecho posible este «milagro». Podríamos decir entonces que la ciencia y la medicina en particular, están legitimadas para enarbolar el relevo de lo sagrado; la ciencia y sus postulados adquieren la condición de mito.

Esa es y no otra la nueva apuesta, la condena de la rebeldía a través de su extinción, por una incompleta y a mi juicio interesada interpretación de la lógica, pues la vida esta compuesta por innumerables factores imposibles de cuantificar.

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