Gontzal Fontaneda | Gasteiz

Eliseo Gil condenado sin juicio

En la polémica sobre Iruña-Veleia hay tres posturas: que los grafitos son falsos, que pueden perfectamente ser auténticos, y la de Eliseo Gil, que proclama que son auténticos en base a sus conocimientos arqueológicos y su práctica en el yacimiento.

La Diputación de Álava en noviembre de 2008 declaró falsos los grafitos sin tener ninguna prueba, en base a unos informes que todavía no le habían llegado, y expulsó del yacimiento al equipo arqueológico.

A continuación puso en marcha una artimaña brillante: en marzo de 2009 presentó en el Juzgado contra Eliseo Gil y dos miembros más una acusación de haber falsificado los grafitos (400 piezas, hay que tener ganas). Así, todo quedaría bajo su control, daría en noviembre de 2009 la dirección arqueológica a la Universidad, y escondería los hallazgos en uno de sus museos. Y ahí llevan diez años secuestradas unas piezas que, en el caso de que fuesen auténticas, serían un tesoro de la humanidad, de inmenso valor para la historia y la cultura vascas.

Con el caso en el todopoderoso Juzgado pasarían muchos años (de momento diez años en marzo de 2019) y el tema se olvidaría (pues no). Pero así las instituciones políticas, académicas y culturales vascas no mueven un dedo ni siquiera para solicitar al Juzgado que ordene a unos laboratorios (esta vez imparciales) los análisis científicos para saber si los grafitos son antiguos o recientes, y una excavación controlada por parte de un equipo arqueológico imparcial, a ver si aparecen más grafitos o no.

Ahora no tiene nadie que cambiar de opinión, pero tampoco mirar para otro lado, sino escoger justicia o injusticia. Los resultados de los análisis y de la excavación darán la solución. Y habrá que actuar en consecuencia... Se acabó el problema.

Mientras no se hace eso, Eliseo Gil lleva ya diez años injustamente expulsado de su trabajo, su honor públicamente mancillado, condenado sin juicio y sufriendo día a día durante estos largos diez años una calumnia, porque una acusación que en diez años no se ha resuelto no es acusación, sino calumnia.

Ante esta larguísima injusticia, toda persona –opine lo que opine– que desee colaborar con la justa reclamación de los análisis y de la excavación, queda invitada a firmar el Manifiesto en favor del esclarecimiento del caso de Iruña-Veleia en iruñaveleia.eu de internet.

Y con el mismo fin, queda también invitada a las concentraciones silenciosas que se celebran en Vitoria todos los jueves a las 8 de la tarde delante del palacio de la Diputación.

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