Jorge Garay Zabala, Areeta–Getxo

Embalsamarlo en ciencia

El verdadero euskera, el de siempre, el milenario, el de los euskalkis, se puede decir que está prácticamente desaparecido. Ni en oficialidad, ni en literatura, ni en enseñanza, ni en medios de comunicación se utiliza lo más mínimo. Solo se usa en familia y cada vez muchísimo menos. Puede decirse, por tanto, que está prácticamente desaparecido. Euskaltzaindia, Jaurlaritza, Diputaciones y Ayuntamientos, lo tienen relegado. Solo se usa el batua, «heuskeranto», como lo denominó el médico y escritor, Josu Arenaza Lekerikabeaskoa, destacado militante del PNV en la clandestinidad y transición. El batua o heuskeranto, ese esperanto euskérico inventado en los 60 del XX.

Como decía Unamuno –del verdadero euskera, del que él habló– habría que embalsamarlo en ciencia, para luego resucitarlo. «Y mientras la lengua, siempre que haya una buena gramática y un buen diccionario, puede restaurarse aunque nadie la hable; la raza, en cambio, no puede resucitarse una vez perdida». (Sabino Arana, "Minuta-Errores catalanistas", OC pág. 404, Bizkaitarra núm. 16, 31-X-1894).

Quedan buena literatura, buenas gramáticas y buenos diccionarios –de épocas pasadas– en vizcaino, y en, y de los demás euskalkis, sobre todo del vizcaino, y buenos métodos para aprender el vascuence de los euskalkis. Y embalsamándolo en ciencia se puede resucitar, en tiempos que sean mejores.

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