Mucho se esta hablando estos días sobre la abstención que es una opción que tal como están las cosas, benefician a la creciente extrema derecha y a sus delirantes y falsos desvaríos, que podemos sufrir todas y todos si la ciudadanía no va a votar. Esto me recuerda de alguna forma a las personas que no hacen huelga ante una convocatoria para obtener unas mejoras sociales en su trabajo, pero de la que se benefician de una forma parasitaria, sin perder nada a cambio, ya que las mejoras son globales y no solo para quien a luchado para que se consigan.

Los argumentos para no hacer la huelga pueden ser infinitos, pero la cuestión es que están haciendo algo éticamente reprobable, pero mucha de esas personas de «eso» no gastan y por tanto ni sufren ni padecen.

Y si a todo lo dicho, le añadimos el tema territorial ya no se hace una huelga unitaria nunca, en detrimento de una clase trabajadora confusa, que ve necesaria hacerla pero al que su sindicato le desanima por diversos motivos, desde lo más ocultos que son los celos por no haberla convocado, hasta lo que se quiera… para así sacar músculo contra el sindicato que la promueve, en vez de hacerlo contra el causante de esta anunciada huelga... y así no va.