Alfonso Jesús Olaz, Iruñea

Entrégate con generosidad

«Ten cuidado con tu vida, quizás sea el único Evangelio que muchos vayan a leer» (San Francisco de Asís).

Ten cuidado con los pasos que vayas a dar
No vaya a ser que no puedas dar marcha atrás y caigas al abismo.

Ten cuidado cuando vas a la iglesia y ocupes los primeros puestos para que te vean
Esos... ya recibieron su paga.

Cuando estés en la iglesia
escúchale desde el corazón
Sin apenas palabras
Y dale gracias por «todo» incluso por «todo lo malo», para ser cómo Él.

Ten cuidado cuando estés trabajando y no hagas lo que no debes, hasta el buey hace bien su trabajo.
No vaya a pasar que te hagas manojo de flores y el buey te coma y luego por abajo él haga sus necesidades y te diluyas como el barro.

Ten cuidado cuando estés con tu familia, tus parientes y amigos
Solo busca ser sencillo y humilde y de entrega generosa como tu madre María
Y no busques otra cosa.

Tu papá te lo recompensará
Porque solo le buscas a Él
En medio de su casa, que es el mundo.
La casa común de todos.

Hermano, hermana.
Ten cuidado con tu vida
Que no es tuya
Y vale más que todos los seres de la creación, porque así lo ha querido tu Padre.

Todavía estás a tiempo de amar
De olvidarte de ti mismo
¡Llénate del amor de Jesús y de la humildad y sencillez de tu madre María!
Entrégate con generosidad
Y no busques otra cosa.

No tengas miedo a nada
Rompe con todo lo que tienes enquistado

Confía como el hijo de Dios Padre que eres

Créete que si te echas a sus brazos
Él te podrá cambiar
Todo lo podrá cambiar
Para una mejor vida tuya

Hoy podrás ser luz del mundo
Bálsamo para los heridos de las
cunetas.
Sonrisa para los deprimidos
Arco iris para los increyentes
Paz para los que están en guerra

Te doy gracias Padre,
Por haber alargado tu misericordia sobre mí
Por darme un día más de tu vida, para ser vida con los que la perdieron

Gracias Padre, por saber que todo lo que soy, lo tengo y lo doy, es solo tuyo

Gracias, por saber reconocer que para ti, solo son las gracias por amarte y
no te pido otra cosa que solo darte
gracias, porque tú me has entregado
todo tu amor, para querer todo lo que me envíes, incluso «todo lo malo»
que es para mí, bien.

¡Padre, papá!
Tú me abrasas todo mi ser
Incendia los corazones de tus hijos e hijas para que te amen y hagan tu voluntad.

Bilatu