Europa, nuestro futuro común
Entre los próximos 6 y 9 de junio, 400 millones de europeos y europeas, estamos llamados a las urnas, para elegir no solo ya a nuestros representantes, al parlamento europeo, que supuestamente (eso creo o deberíamos creer) defenderán nuestros intereses como ciudadanos de un proyecto común, sino también y en función de las mayorías allí representadas, se elegirán a los distintos organismos de gobierno de las instituciones europeas (a saber, Comisión Europea, con su colegio de comisarios o el Consejo Europeo) y un importantísimo cargo, el de presidente o presidenta, de dicha comisión. Se «tiende» michas veces a pensar que, esto del parlamento europeo y los organismos anteriormente citados, nos quedan, como un poco «lejos» y los políticos que van a representarnos, son aquellos o aquellas, que en sus países de origen, «sobran» ya un poco o bien, terminan sus «carreras» en el llamado «barrio» europeo de Bruselas. Nada más lejos de la realidad. En ese parlamento, en esa «comisión» se deciden y aprueban, importantes decisiones para los próximos cinco años, distribuir los ya famosos fondos europeos, políticas de inmigración o el cambio climático, entre otras importantes atribuciones. Ese voto que emitiremos, decidirá mucho nuestro futuro como una Europa unida. Observamos un auge cada día mayor, de formaciones de corte ultra (por llamarlas de una manera suave) que son precisamente, las mayores negacionistas de ese futuro común. Confiemos y esperemos, que en esta gran «fiesta» de la democracia, nada se tuerza y transmitir a las generaciones venideras, que nos les fallamos, que no les fallaremos.