Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

Fastos para la gloria de los dictadores

Los fastos sean culturales o deportivos, adquieren una importancia conductista a escala global, considero que se les quita trascendencia, de lo que es un potente narcótico, que favorece el estar inatento, que se utiliza sin el menor pudor el poder económico, y político, envuelto en el sofrito de instructivo. Los seguidores que acompañan a los mercenarios del deporte, siempre tienen la posibilidad de satisfacer su emoción competitiva, junto con la formativa gracias a alguna visita turística en concreto. Es una prueba, constante de cómo se inocula en pequeñas dosis el veneno para no pensar los problemas que la humanidad debe hacer frente, y que ellos lo incrementan con desplazamientos absurdos. Todos estos espectáculos ridículos, lo único que propicia es enaltecer al poder: sea una dictadura o una democracia. Los ejemplos de la inauguración de las Olimpiadas, como de la Basílica de Notre Dame, como los funerales del Papa de Roma, como la llegada de Trump a Londres, como el premio FIFA de La Paz a Trump, idéntico al Nobel regalado a la millonaria Corina, se crean unas noticias que no tienen la menor sustancia, ni interés, que no sea fanfarronear la historia sublime del Estado que lo propicia. Los cómplices de todo este bochorno son los medios de comunicación, que difunden exhibiciones estúpidas por todos los rincones del planeta que nunca jamás había gozado de un totalitarismo informativo tan colosal. Lo más relevante es que los dirigentes se apuntan a estas representaciones que en muchos casos son un insulto al raciocinio de la decencia. La última demostración que de arriba abajo fue una falsedad sin precedentes, tuvo lugar en la inauguración del Museo Egipcio. Se podrá discutir utilizando la metodología de una obra complicada y de difícil entendimiento como es la Distinción, de Bourdieu, respecto del capital cultural que nos encasilla a unos gustos concretos, que ni nosotros mismos somos conscientes por medio del habitus. Tuve la paciencia de seguir lo que una dictadura miserable como la que gobierna el Egipto actual, la inauguración que se llevó a término para gloria de un Egipto, en manos de torturadores. Una vez más los espectadores en directo, en el que estaban los representantes de innumerables Estados, incluido el Jefe de la FLP, se ofrecieron a semejante mascarada indica el grado de caras duras, que nos dirigen sin remedio a un mundo indecente. Naturalmente toda la fanfarria organizada nada tenía que ver con lo que se sabe de los rituales que a lo largo de los milenios se fue modulando de una civilización que goza de mucho prestigio, pero en la que hay lagunas importantes de conocimiento, y una de las fundamentales es respecto a la raíces de la negritud de esta civilización que se suele descartar, como se pudo observar en esta inauguración que durante toda la representación fue de un mal gusto colosal. Se montó una ópera con bombos y platillos, y el ritual funerario y de recogimiento se trasformó, en un occidentalismo lleno de tópicos, al gusto de los colonizadores que son los sirvientes de una globalización en que la cultura queda aniquilada por Tik Tok. Por ello al mencionar que todo el Museo, es una fuente de sapiencia, es una estafa de dimensiones galácticas. El estudio, la reflexión, las conjeturas, no surgen de una ópera al gusto de la burguesía occidental de antaño. La ciencia va en sentido contrario a estas funciones que todo lo que representan es un fraude al conocimiento. Por cierto, mostrar la evolución de la época preislámica, al mundo actual, hubiese sido mucho más razonable. Solo una canción de Umn Kulthum, borraba todo el engaño organizado.

Atentamente.


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