Gemma Larrainzar y Paula Castera, Garenak

Feminismo no vota traidores

Es doloroso pensar que en estos comicios muchas de nosotras abandonaremos uno de los pilares sobre los que se asienta nuestra condición de ciudadanas, el derecho al voto. El mismo por el que nuestras antecesoras lucharon frente a hombres de toda ideología política que, sin embargo, compartían una misma visión, la de que las mujeres eran ciudadanas de segunda.

Hoy en el panorama político Navarro, encontramos que los partidos que dicen abrazar el feminismo, reproducen, desde planteamientos revestidos de progresismo, los mismos dogmas que aquellos que en su día nos negaron el voto.

Se trata de planteamientos basados en la existencia de personas en cuerpos equivocados, almas y aún peor, de menores a los que hay que «salvar» en caso de identificar en ellos comportamientos distintos a los que la sociedad esperaría de ellos según su sexo. Salvarlos, por cierto, a través de la hormonación vitalicia.

Existe en Navarra un "Protocolo educativo ante casos de transexualidad" que atribuye al profesorado la responsabilidad de comunicar al equipo directivo, «que un alumno o alumna menor de edad manifiesta de manera reiterada y prolongada la presencia de conductas que revelan una identidad sexual no coincidente con el sexo asignado al nacer».

Desde esta asociación preguntamos el pasado 11 de mayo a los responsables en materia de igualdad de los partidos Contigo Navarra, EH Bildu y Geroa Bai, a qué «conductas» se refería este protocolo, ¿a niñas a las que les gusta trepar árboles?, ¿a niños que rechazan jugar al futbol y prefieren «hacer cosas de chicas»?

¿Acaso no es ese el fin que perseguimos las feministas desde que Simone de Beauvoir explicó al mundo que la socialización diferencial de niños y niñas era el sustento del sistema patriarcal?

Por si quedaban dudas, ninguna de personas que acudió en representación a los nombrados partidos supo responder a qué «conductas» alude el Protocolo.

Las feministas rechazamos los estereotipos de género y denunciamos que en las escuelas navarras se está aplicando un protocolo sexista que considera que los niños y niñas que se salen de las expectativas sociales, pueden querer pertenecer al sexo contrario.

No existe planteamiento más reaccionario que el de las infancias trans, y quien desde estos partidos de izquierda tenga un mínimo de conciencia feminista, deberían de alzar la voz, o habrán de responder en el futuro de los daños causados a tantos menores.

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