José-Martín Alustiza Madinabeitia

Formación del nuevo gobierno: razón de estado

Los resultados de las elecciones del 20D han respondido (más o menos) a lo anunciado por la encuestas pre-electorales: ningún partido obtiene la mayoría absoluta y en consecuencia tienen que pactar entre ellos para la investidura de Presidente y en definitiva la formación del nuevo gobierno.

Los dos partidos protagonistas del bipartidismo que hemos sufrido hasta la fecha, han sido las dos primeras fuerzas políticas pero con sensible pérdida de masa de votantes en ambas a favor de los dos partidos emergentes PODEMOS y CIUDADANOS.

PODEMOS ha obtenido una resultados magníficos, le ha dado un buen bocado al PSE (sin la «O» de obrero que se dejó por camino años ha), a IU y a los partidos nacionalistas.

CIUDADANOS, con uno resultado menos bueno de lo que se esperaba, se ha nutrido de los votos perdidos por el PP y UPyD (desaparecido en combate).

Aquí viene la madre de todos los cambalaches. Se puede especular con varios tipos de combinaciones, pero al final, en mi opinión, se impondrá «la Razón de Estado», «el Gobierno desde la Responsabilidad», «estamos en la senda de la recuperación económica y no se puede echar por tierra el trabajo realizado durante estos últimos años con aventuras populistas», etc., etc., es lo que vamos a oír hasta la saciedad para justificar el pacto anti-natura del Partido Popular con el Partido Socialista.

Desde sus intereses partidista tiene su lógica. No se pueden permitir pactar con los rivales emergentes, de los que sienten su aliento en el cogote. Sería hacerse el «hara-kiri» el darles protagonismo para que sigan creciendo y acaben fagocitándoles. Mejor someterles al desgaste de la larga travesía del desierto de 4 años en la oposición, con la esperanza de que en el 2019 pierdan apoyos.

Tampoco les favorecería al PP y al PSE convocar nuevas elecciones dentro de unos meses. Esto les reforzaría aún mas a Podemos y Ciudadanos.

No les queda otra posibilidad que tragarse los sapos lanzados en campaña y formar un Gobierno que llamarán de «concentración nacional por la estabilidad institucional», aunque lo formen ellos solamente, todo lo mas con la aportación de algún acólito periférico que pueda pescar algo en éste rÍo revuelto.

Justificarán los supuestos socialistas su aportación con leves reformas a las leyes promulgadas por el PP desde su mayoría absoluta y que ellos iban a derogar en cuanto llegasen al poder. Alguna modificación permitirá el PP de la Ley «mordaza», de la LOMCE, de la Ley del Aborto, etc., etc.

En definitiva, como en los tiempos de «Isidoro» el chico de la chaqueta de pana en Suresnes, sobre la OTAN «de entrada salir», la historia posterior ya la sabemos, no hace falta repetirla.

Desde el PP, también tendrán que hacer algún cambio. Por aquello de que «Ud. Sr. Rajoy no es de fiar, no es decente…» en la acusación que le lanzó el Sr. Sanchez en el debate a dos televisado, por la corrupción en el seno del PP, lo mas probable es que se adelante el relevo, que sin duda se daría en una nueva convocatoria de elecciones, y será la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría quien le sustituya al frente del gobierno, quedando Rajoy como presidente del PP.

La dificultad de formar gobierno con unos resultados electorales como los que se han dado se resolvería con una segunda vuelta, como se hace en Francia. Así el ciudadano sabría de antemano a qué partidos y con que pactos y programas electorales puede votar y no se daría el fraude de secuestrar su voto para luego pactar con partidos muy alejados de su preferencia e ideario político.

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