Iñaki Uriarte | Bilbao

Gernika, monumento y lugar erróneos

Recientemente en Pasealekua de Gernika se ha inaugurado un monumento al gudari cuya primera y decepcionante sorpresa resulta obligada ¿de qué tiempo es este lugar?

Un grave ejemplo de como el poder político es capaz de manipular desde la historia, los gudaris no tuvieron ninguna intervención de combate en Gernika, el arte imponiendo una estética retrograda un siglo retrasada, en el estilo de los monumentos al soldado desconocido de la I Guerra Mundial, el lugar al invadir inapropiada y torpemente un singular espacio público Pasealekua, con un pésimo remate, el polígono del parterre de la base pretendiendo ser un círculo, de vulgares prefabricados de hormigón.

Lo más sensato y respetuoso con Gernika y sus vecinos, ante este despropósito conceptual y formal que ya se ha suscitado un enorme rechazo social, al margen de en los ámbitos culturales y artísticos, sería retirar ese banal objeto ornamental anónimo, no se conoce el autor pero si la empresa que lo ha fundido y el costo de 98.000 euros que constituye una vergüenza para la historia de una villa tan singular.

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