Gerardo Hernández Zorroza

Hartazgo en los servicios sanitarios

El mediodía del 19 de diciembre, administrativos, enfermeros y médicos de primaria de Osakidetza hemos salido a las escalinatas de los centros como primera medida de protesta.

Vaya por delante que no creo en la utilidad de estas protestas, porque van dirigidas erróneamente a los gestores del momento, y no a los pensadores desconocidos, responsables directos de lo que nos sucede.

Para que me entiendan, los pacientes son considerados actualmente como procesos (así me lo explicaron), de los que médicos, enfermeros y otros profesionales obtenemos datos y los registramos en el ordenador. Con insistencia especial en la precisión.

Es sabido que, como sucede en otras áreas sociales, prima además la «productividad», y no hemos de olvidar que la presión asistencial aumenta, debido a los recortes que no cesan y a otros factores generadores de enfermedad; además, los cambios en los procesos de control son habituales.

Como ven, en el medio de esta pirámide, los médicos y enfermeros, quedamos cada día más espachurrados y a los pies de los caballos.

Por otra parte, la autonomía de las distintas áreas de salud, ha perdido constantemente protagonismo y son los Servicios Centrales los que se han hecho cargo y, qué curioso, pasado a ser los ordenadores indiscutidos de la asistencia; una asistencia que cualquier día, no les extrañe, será determinada por máquinas «inteligentes», desde luego más «prácticas, rentables y resolutivas» que las personas.

Insisto en que los gestores no son los genuinos responsables, auténticos, de la situación de la Asistencia Sanitaria, planteada desde una forma de pensar –como yo lo veo– errónea, donde el que decide el proceso permanece oculto, y no da la cara.

Por eso, estas protestas posiblemente cesarán, volveremos a las mismas y seguiremos haciendo brindis al sol. Cabe la posibilidad, también, de que miremos en la dirección correcta, dejemos de pedir (¿a quién?), tomemos conciencia de la situación y cartas en el asunto.

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