Rakel Fernández

De otra pasta

Hay trabajadoras y «trabajadoras». Y hay trabajadores y «trabajadores».

Todos y todas ejercemos el mismo rol de marionetas en este circo económico, pero hay algunas y algunos, que sin duda, están hechos de otra pasta. Recientemente, uno de los grandes titiriteros, como es Gestamp, ha movido esos hilos y ha dejado en la calle a más de 200 empleados.

En la calle, literal. Ya que, por suerte, hay muchos trabajadores y trabajadoras que no se consideran marionetas y que si tienen que salir a la calle, salen. Si tienen que hacer noche para quedarse de retén, se quedan. Si hay que manifestarse, quejarse y dejar bien claro que las cosas no se hacen así, meten ruido.

230 trabajadores con sus respectivas familias que de la noche a la mañana se han visto con un plan de vida improvisado, y más allá de lo económico, con una situación emocional que quizá sea más difícil de hacer frente. Pero el orgullo y dignidad de la clase obrera es mucho más grande que la empatía y respeto que no ha demostrado la empresa.

Lamentablemente, solo duele cuando nos salpica. Y solo nos salpica cuando nos manejan personas así. Y si sale en la televisión, también duele un poquito, pero es dolor efímero, como lo que ha durado en las noticias. Total, mañana será otra.

Comparándome con ellos, yo no me veo con ningún otro derecho que no sea levantarme de la que ahora considero mi cómoda silla de trabajo y aplaudirles, y seguir defendiendo las condiciones que todos y todas nos merecemos, nos salpiquen o no.

Por lo menos vosotros sí que dormiréis con la conciencia tranquila. Y eso no lo compra el dinero.

Que sepáis que ¡estáis hechos de otra pasta, chavales!

¡Seguid haciendo ruido!

Gora langileon borroka!

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