La clase política europea se está comportando de forma indecente y criminal, ante la orgía de asesinatos de un ejército cobarde y miserable, que se dedica a matar a civiles sin la menor contemplación. La progresía inútil se coloca la kufiya como un acto de solidaridad, pero el sueldo no se lo juegan. Pura hipocresía. En el Principat, en zonas por donde hay muchos alumnos de religión musulmana, como también algunos profesores, están estupefactos del silencio administrativo en las escuelas de los asesinatos de niños, que parece que no tienen ninguna importancia. Toda la verborrea de los colegios que incorporan los valores de la paz, en este caso, están mudas. No sea que los negocios especulativos se acaben resintiendo. Empiezan a ver movimientos individuales por pura indignación, como algunas personas que tienen una mínima sensibilidad, pero el conjunto está paralizado, ya que el miedo es la norma dentro del profesorado en el Principat, por diversos motivos. La clase dirigente de Catalunya, siempre ha sido prosionista, solo hay que recordar cuando la antigua alcaldesa rompió la amistad de Barcelona con Tel Aviv, la reacción fue furibunda por todo el espectro político, empresarial e informativo. El presente alcalde socialista, amigo de su sueldo, uno de los movimientos iniciales que ha llevado a término ha sido recuperar esta maravillosa hermandad llena de paz y alegría, y también de negocios infames y mafiosos. La sociedad dormida en todos los asuntos políticos ha de reaccionar, ya que lo que está sucediendo es la muestra que los políticos de estas virtuosas democracias hacen lo que sea para mantener esta pantomima de discursos mentirosos, que amplían todos los voceros a sueldo que pululan por los medios informativos. Callan ante la masacre de periodistas, como si tal cosa. En el momento que estoy escribiendo porque ya no puedo más, una hermosa y joven periodista Farah Omar, y el cámara Rabei Al Maamari, han sido martirizados por los criminales de la democracia más fantástica del mundo mundial. Una hora antes, esta periodista llena de vida estaba enviando su crónica con imágenes de la frontera del Líbano, con este Estado criminal, ha sido asesinada por los censores más abyectos de un sionismo loco con sus dirigentes incluidos. Los periodistas callan, todo el mundo está en silencio cómplice. El Estado, con toda esta progresía infame está enviando aviones cargados de armas al Líbano, que los periodistas libaneses se están preguntando el motivo de la llegada masiva de aviones de las democracias maravillosas que mantenemos. No es el momento de callar, la indignidad consiste en mirar, por otro lado, colocarse pañuelos no es suficiente. La infinidad de políticos y asesores con sueldo público en Europa, cuyo número es incalculable que son decenas de miles, deben de compartir la opinión del general de división retirado Giora Island: «En Gaza hay una guerra entre el Estado de Israel, y el Estado de Gaza… muy similar a la Alemania nazi, donde casi toda la población apoyaba al líder y a su ideología. La guerra debe de llevarse a cabo como un Estado contra un Estado, por esto no se proporciona ayuda humanitaria al enemigo. Ni siquiera desde el punto de vista moral. Después de todo. Quiénes son estas ancianas de Gaza, las mismas madres y abuelas de los combatientes… En esta situación, cómo se puede siquiera hablar de consideraciones humanitarias de Israel». Para empezar el Estado de Gaza no existe, solo existen palestinos, que Israel, los ha troceado y desplazado a su antojo. Todos los políticos que callan, son cómplices de estas palabras que nada más un asesino puede pronunciar.

Atentamente.