Enric Vivanco Fontquerni

Historia a gusto del consumidor

El historicismo es una fuente de análisis que con frecuencia conduce al error, o simplemente lo interpreta al gusto del que lo propicia. La evolución de los hechos son lo que son, y no los que nos hubiese gustado. En Europa, los perdedores de las dos guerras del siglo pasado, si hubieran conocido su final, no se hubiesen involucrado de la misma forma, por muy idiotas que pudiesen ser.

Es una evidencia que el contexto geopolítico influye de una forma poderosa por todos los rincones del planeta: la Guerra Fría, la revolución cubana, los procesos de descolonización, como la liberación de Argelia, influyeron en Europa, en los distintos conflictos que siguen enquistados en el espacio europeo, por mucho que se quiera lanzar arena a los ojos, para que no molesten. Se ha pasado de unos militantes que exponían sus vidas, para que otros pudiesen disfrutar de los sueños, por salariados con muy buen sueldo y prebendas, que hacen discursos sobre el futuro que nunca llega, y por el camino de la palabrería jamás se conseguirá.

No se puede cambiar nada con las reglas de juego que impiden cualquier trasformación profunda, es imposible, esto es extensible a toda Europa, la troceada, o la que pretende conseguir un coro que no desafine. El desprestigio de los gestores políticos, muestra en todos los estudios sociológicos serios, que la gráfica indica una curva ascendente, ya que la población se está dando cuenta que los problemas están enquistados y cuyo futuro previsible es un empeoramiento generalizado. Las cuestiones que no se resuelven vuelven a aparecer, y en la actualidad hay varios catalizadores que con rapidez saltarán incendios, ya que el discurso de los que ejercen el poder no lo van a solucionar.

La extrema derecha es un cortafuego a medida para cada caso que se está utilizando con todo descaro. El problema que se ha iniciado y que persistirá es que las poblaciones que no quieran ver desaparecer su identidad, y cultura, no van a renunciar a lo que consideran que se ha iniciado un proceso de desaparición, sin que nadie lo contenga. Me remito al nombramiento para Ararteko en Gasteiz, lo primero que debería saber es que no existen poblaciones bilingües, ya que cada nación tiene su propia lengua, cuando está en inferioridad, o en igualdad, con otra que no tiene nada que ver con el entorno geográfico, e histórico, es una lengua colonizada, que el fin que se persigue es su eliminación. El titular no es dar preeminencia a cualquier astracanada forastera, es el analfabetismo de la lengua propia del país, por parte del que dirige cualquier institución. Lo que va a deparar el futuro no se sabe, pero si se tiene el suficiente conocimiento para tener la certeza que los rompecabezas solo se resuelven: o por la vía que la mayoría quiere, o por la vía que esta mayoría la hacen desaparecer físicamente. 

Atentamente,

Bilatu