Javier Orcajada del Castillo

«¡La corbata, estúpido»

Fue James Carville, asesor de Clinton quien popularizó la frase «Es la economía, estúpido» en las elecciones contra Bush padre y ha sido utilizada para destacar aspectos esenciales. Parece que a Sánchez le ha parecido oportuno adaptar el eslogan para popularizar el ahorro de energía. Seguro que se le ha ocurrido a la ministra de Hacienda, Chus Montero, la inefable exportavoz del Gobierno que «lo mismo plancha un huevo que fríe una camisa». Mal tienen que estar las cosas en el Gobierno cuando se tiene que apelar a estas banalidades para enfrentarse a la sentencia de los ERE que supone la cárcel para Griñán y la inhabilitación de Chaves con el pobre argumento de que «no se han llevado ni un céntimo para ellos» Aquí, por lo visto, si la corrupción favorece al partido se considera virtuoso. Además, sí se han beneficiado, pues esos 680 millones han sido repartidos entre empresarios afines para mantener los empleos y evitar la desaparición de sus empresas y por tanto a consolidar en el poder al PSOE. Con este eslogan de la corbata espera contrarrestar los efectos perversos de la inflación que ya ha subido al 10,8% y que todas las medidas implantadas para la lucha contra la descontrolada subida de precios que no cesa. Sánchez ha empezado a preparar las elecciones próximas prescindiendo de Adriana Lastra como portavoz del partido con la socorrida disculpa de la salud. Además se ha quitado a Lola Delgado de Fiscal General que es una bomba con la mecha encendida. Curiosamente por razones de salud. Como Macarena Olona, que abandona Vox por causa de la salud. Realmente ha descubierto que los éxitos fulgurantes de la extrema derecha son efímeros empezando en Andalucía y las encuestas son pesimistas. Sabe cuando abandonar el barco. Sánchez debería hacer una crisis de gobierno amplia, pues todavía tiene un año y medio de margen y debería tomar la decisión firme de apoyarse en los nacionalismo que al final son los únicos leales.

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