Tiempos oscuros los que se nos avecinan, no tanto por las medidas de ahorro energético planteadas, sino por el recorte de libertades y la consecuente mayor sumisión de Europa a los intereses de quienes temen perder la hegemonía mundial. Si ya no fuera suficiente haber caldeado el ambiente en Ucrania, con la consiguiente situación trágica para su población, parece ser que el «establishment» estadounidense no se siente conforme, el objetivo debe ser de más alcance. Ya lo dijo Napoleón Bonaparte hace ya más de doscientos años: «China es un gigante dormido, dejadle dormir, porque el día que despierte sacudirá al mundo». La pregunta es: ¿cuanto debe aguantar Europa, a tantas provocaciones del que fuera líder mundial y que ya lo está dejando de ser? Pareciera la pataleta de un niño al no conseguir un regalo, pero hablamos de una crisis económica brutal que no nos levantará en años. Esperemos que esta gente que dice gobernarnos se planten y miren por nuestros intereses, que ya creo que de sobra «pagamos» aquel desembarco de Normandía. El mundo es más plural, más diverso y ya no necesita de ningún guía que solamente quiera someter y cambiar culturas y gobiernos legítimos. Es hora de salir de la penumbra constante, de esas tinieblas que ciegan el ansia de libertad.