La montaraz justicia de Brasil da una dolorosa y humillante lección de derecho a la española que alardea de hallarse entre las más garantistas del mundo. La Corte Suprema de Brasil ha ordenado poner en libertad al expresidente Luiz Lula da Siva porque ha derogado una ley por la que un condenado sin sentencia firme podría ingresar en prisión. En este caso, Lula tenía pendientes aún dos apelaciones ante tribunales superiores. Según medios judiciales brasileños va a suponer la libertad inmediata de 5.000 presos.

Algunos medios judiciales españoles afirman que si los legisladores aplicaran este principio de justicia tan elemental, como considerar que un preso pendiente de sentencia firme es inocente, habría que liberar a multitud de ellos y se colapsarían los juzgados. En especial, afectaría a presos políticos famosos con recursos pendientes ante tribunales superiores, varios de ellos internacionales.

Es el caso de los condenados por el Procés presos en Lledoners, pendientes de recurrir ante el Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Es muy probable que los recursos a sus sentencias les sean favorables y decretará la libertad.

El mundo judicial español está recibiendo revocadas sus sentencias de diversos tribunales de Europa por falta de garantías de imparcialidad de los jueces, por aplicar leyes penales de forma imprecisa y sin ajustarse a derecho o porque la legislación española no cumple los principios universales del derecho. Aunque nuestros jueces siguen imperturbables con sus ocurrentes interpretaciones judiciales basadas en los códices de la Edad Media.