Juan Mari Arregi

Leguineche apostó por ‘Egin’

El periodista y reportero vasco Manu Leguineche – sí se le conocía- nacido en Arratzu (Bizkaia) en 1941 y fallecido en Brihuega (Guadalajara) donde se encontraba retirado desde hace ya muchos años, fue una las muchas personas que apostó por ‘Egin’, desde antes de su salida a los kioskos en septiembre de 1977. Esa faceta ha sido posiblemente desconocida para la mayoría de sus compañeros de profesión y medios de comunicación en general, así como para la inmensa mayoría de la opinión pública y publicada. Por esa razón, y ante su muerte, conviene recordarlo para que su biografía pueda ser completada.

Su apuesta por ‘Egin’ se tradujo en su apoyo económico al proyecto. Quien suscribe estuvo encargado durante 1976, un año antes de la salida de aquel periódico popular, a recoger aportaciones económicas populares en Bizkaia –participaciones de 2.000 pesetas– al igual que otras personas se dedicaron en el resto de herrialdes de Euskal Herria. Para ello, en Bizkaia, teníamos nuestra oficina provisional en la calle Elcano de Bilbo, en la sede de la empresa de construcción de la familia de Xabier Galdeano, quien, varios años más tarde, llegaría a ser directivo del periódico y luego, en 1985, asesinado en atentado por el GAL en Donibane Lohitzune.

Pues bien, la primera carta que recibí con un talón en esa dirección fue precisamente de Manu Leguineche. En la misma, enviada desde Madrid donde residía, además de adjuntar un talón de 25.000 pesetas, se alegraba de nuestra iniciativa y proyecto informativo y nos deseaba el mayor éxito. Fue la primera aportación económica personal «fuerte» que recogíamos en Bizkaia en los primeros días de aquella campaña popular. Gracias a su aportación y a las de otros miles de personas, conseguimos varios millones de pesetas que hicieron posible la salida de ‘Egin’. Pese a haberlo intentado, nunca supe cómo vió y valoró Manu el desarrollo de aquel proyecto informativo. Sea cual hubiera sido su valoración, me parece de justicia reconocerle y recordarle, hoy, aquel gesto. A cada cual lo suyo!

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